Javier Fumero

Saber ganar

Conde-Pumpido y Montalbán toman posesión como presidente y vicepresidenta del Tribunal Constitucional
Cándido Conde-Pumpido e Inmaculada Montalbán toman posesión como presidente y vicepresidenta del Tribunal Constitucional

Con ocasión de las revueltas en Brasil se ha escrito y comentado mucho acerca del “saber perder” como valor democrático. Ejemplo de buen talante es, se ha insistido, aceptar la derrota con deportividad, asumir que no siempre se puede ganar y que entonces, toca asimilar que el rival está legitimado para dar un paso pasar al frente. Uno debe plegarse y reconocer que le corresponde al otro llevar las riendas. Eso es democracia.

Estoy básicamente de acuerdo con esto. Pero dejando claro que ese “aceptar la derrota” no debe entenderse como una sumisión total al nuevo vencedor o la pérdida del derecho a protestar cuando uno considera que el gobernante legítimo se equivoca, renunciar al derecho de hacerse escuchar, etc.

Sin embargo, se habla poco de otro valor muy importante en democracia, a mi modo de ver: el “saber ganar”. Quien realmente asume lo que significa gobernar para todos, promover el bien común, fomentar que a la mayoría le sucedan cosas buenas, también debe demostrar un honesto sentido del poder. Y, por ejemplo, se abstendrá de anular al contrario, de dejarle sin voz, de crear cinturones sanitarios contra el discrepante. Porque entiende que ese grupo, ahora minoritario, también representa a una parte de la ciudadanía y eso tiene un valor considerable.

En sentido positivo esto se debe entender como el claro deber no escrito de buscar que la oposición esté bien representada en organismos e instituciones. Normalmente sin mayoría porque ahora has recibido tú el encargo de tomar el mando al sumar más votos que el contrario, pero dejando suficiente espacio al de enfrente. Te vendrá bien ese contraste y lo contrario, insisto, es un tick bastante antidemocrático.

Digo esto, como alguno ya habrá imaginado, a cuenta de lo que ha sucedido en el Tribunal Constitucional. Cándido Conde-Pumpido ha sido elegido presidente del TC por una mayoría de magistrados progresistas. Ganó frente a la otra candidata, también progresista, María Luis Balaguer, que era apoyada por los cuatro magistrados conservadores. Lo llamativo del caso es que la vicepresidenta del tribunal será también progresista, rompiendo una tradición no escrita en esta institución de dejar a la oposición ese puesto para dotar de pluralidad a los cargos del tribunal.

La explicación oficiosa sobre este movimiento que se ha ofrecido es -no se la pierdan- la siguiente: “ha sido la respuesta de la mayoría a las maniobras de los conservadores para provocar división entre ellos y frustrar así la presidencia del ex fiscal general del Estado”. Ni más, ni menos.

El mensaje que se envía es muy poco progresista: o aceptas mi rodillo o serás penalizado. No se puede discrepar, no se puede maniobrar legítimamente para intentar ganar una votación, porque serás borrado del mapa si pierdes. Deja de evitar en buena lid que yo te venza o vas a pagarlo caro: te voy a cerrar el pico.

Muy democrático todo, ¿no les parece?

Más en twitter: @javierfumero

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato