Javier Fumero

Yolanda a la vez en todas partes

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.

A la izquierda se le viene encima la tormenta perfecta. Así lo veo yo. Un escenario que va a beneficiar mucho al Partido Popular si nos atenemos a lo que sucedió hace sólo unos meses en el sur de España. Me refiero a la división creciente entre los movimientos, plataformas y organizaciones que se mueven a la izquierda del PSOE. Fíjense en lo que está ocurriendo.

Pedro Sánchez ha decidido dar toda la visibilidad posible a Yolanda Díaz. Con ella se puede negociar –explican desde Moncloa-, es sensata, prudente, razonable, buena negociadora, pragmática, flexible y perspicaz. Nada que ver, añaden, con quienes la acompañan en Unidas Podemos. El PSOE va a necesitar un socio de gobierno para el futuro, porque la etapa de las mayorías absolutas ha pasado. Por eso, le conviene que Yolanda crezca y cuaje como lideresa. De ahí que le vaya a dar toda la cancha posible. Por ejemplo, durante la moción de censura de la próxima semana.

Se trata de abonar el terreno hasta que cuaje su coalición Sumar, que de momento es una suma, sí, pero solo de buenas intenciones. Necesita el espaldarazo de popularidad que el Gobierno le puede facilitar.

Esto es precisamente lo que ha percibido esa corriente que integran Irene Montero, Ione Belarra, Pablo Echenique y compañía. Estos andan nerviosos porque pretendían recalar en ese Sumar en una posición de igual a igual con Yolanda, pero se barruntan que no va a ser así. Temen un liderazgo todopoderoso de la vicepresidenta y que ellos pasen a ser meros comparsas. No están dispuestos a eso bajo ningún concepto.

De hecho, ya están intentando reventar esa película que proyectan los socialistas titulada ‘Yolanda a la vez en todas partes’ y reclaman para ellos más protagonismo en la moción de censura. Montero y Belarra –argumentan desde Podemos- también deben subir la semana que viene a la tribuna del Congreso a dar la réplica a Vox… para combatir el machismo del partido de Abascal. Ese es la explicación que ofrecen, pero la intención es otra: restar protagonismo a Yolanda.

Van a dar esta batalla porque ellas pueden utilizar durante la moción uno de los turnos del Gobierno por tiempo ilimitado o, como diputadas, intervenir como portavoces de su grupo en el tiempo que les corresponde. El PSOE haría bien en prepararse para esta batalla porque estos muchachos, muchachas y muchaches han demostrado ser muy hábiles. En el fango se mueven como pez en el agua.

En este largometraje figuran otros actores: la Izquierda Unida de Alberto Garzón, los ‘comunes’ de Ada Colau y Mónica Oltra, Iñigo Errejón y Más Madrid… Estos parecen alinearse, con pocas fisuras, junto a la eternamente Yolanda. Por eso insisten en pedirle a Podemos que se calme y acepte el liderazgo de la vicepresidenta. Pero nanay.

Todo esto me trae a la memoria el guirigay que se montó en Andalucía hace unos meses a la hora de conformar la candidatura que debía aglutinar a todas estas sensibilidades de izquierda para las elecciones autonómicas que se celebraron el pasado 19 de junio. La Feria de Sevilla fue el escenario de una negociación a la desesperada entre dirigentes de Unidas Podemos, de Izquierda Unida, de Más País, de Alianza Verde, de Iniciativa del Pueblo Andaluz y de Equo. Fue en vano. No hubo manera.

Estuvieron cinco meses de conversaciones pero no llegaron a un pacto. Por culpa de los egos y las cuotas se presentaron divididos. ¿El resultado? Mayoría absoluta del PP de Juanma Moreno.

Más en twitter: @javierfumero

 
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