José Apezarena

Los CDR trabajan a favor de la monarquía (y no lo saben)

Pocos argumentos a favor de la monarquía se esgrimen más fuertes que el enorme y trágico fracaso que constituyó la implantación de la Segunda República. Al menos, analizado desde España. Y ahí está la memoria colectiva de la nación.

A la vista de aquel estropicio, que tan dramáticas consecuencias trajo a este país, algunos pueden sostener que no estábamos preparados, que los españoles no reuníamos las condiciones mínimas para asumir y vivir una república. Y ello por diversos motivos, que podrían desgranarse.

Pero el argumento no se sostiene demasiado, si caemos en la cuenta de que sobre todo quienes fracasaron fueron los propios republicanos. Que no se mostraron capaces de gestionar el encargo que les confirió una parte de la población.

Ya nada más echar a andar, uno de ellos muy conocido, José Ortega y Gasset, proclamaba, decepcionado y asustado, a los pocos meses del 14 de abril de 1931: "No es esto, no es esto". Y los desmanes de verdad apenas habían comenzado.

Son esos mismos republicanos, por cierto, que no aceptaron el veredicto de las urnas, la victoria de la derecha, en las elecciones de noviembre de 1933, y menos aún la entrada de la CEDA en el Gobierno en 1934.

Los socialistas, por ejemplo, decidieron entonces abandonar la “vía parlamentaria” y se propusieron alcanzar el socialismo optando por la vía insurreccional para la toma del poder. Se lee en los libros de historia.

No haría falta citar la revolución de Asturias, de 1934, para ilustrar los intentos de revertir lo que las elecciones habían dictaminado.

Salvando las distancias, me parece que los denominados Comités de Defensa de la República, tan activos en Cataluña, se están convirtiendo en los principales propagandistas de la forma de Estado que combaten, es decir, de la monarquía.

Si con los episodios de violencia, con los destrozos en edificios, con la interrupción del tráfico en las carreteras y en vías férreas, con los sabotajes, con las amenazas a industrias y empresarios, con ataques a personas, creen que están defendiendo la república, no pueden hallarse más equivocados.

 

Por si les faltara algo, desde la fiscalía están calificando como terrorismo los excesos de esos grupos descontrolados, antisistema y anarcoides, que han puesto de actualidad una 'kale borroka' con acento catalán.

Así que, si los propagadores, difusores, promotores de la república son esos grupos de Cataluña (que, por lo visto, quieren serlo), la monarquía ha encontrado un inesperado aliado. Y ellos ni se dan cuenta.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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