José Apezarena

A Pablo Iglesias le van a robar Podemos

Podemos es, sin duda, un fenómeno de éxito, políticamente hablando. En poco más de dos años ha pasado, de la nada, a convertirse en la tercera fuerza a nivel nacional. Es segunda en algunos territorios y ciudades, y hasta primera en determinados lugares, como ha ocurrido con las generales en el País Vasco.

Cierto es que hoy aquel impulso inicial parece haberse frenado, como se comprobó en las elecciones del 26-J, y que su gran objetivo, convertirse en el segundo partido, desbancando para ello al PSOE, no se ha cumplido. Pero, en principio, el partido tiene recorrido por delante.

Como es lógico, no le faltan problemas. De ellos, el más inquietante puede ser la aparición de disensiones internas (como las que enfrentaron en su día nada menos que a Íñigo Errejón y Pablo Iglesias), y la formación de corrientes como la que ahora lideran el propio Errejón, Rita Maestre y Tania Sánchez, que van a pelear por el control de Podemos Madrid.

Los promotores de esa propuesta, llamada Adelante Podemos, se autocalifican de "familia", pero en realidad más bien parecen un corriente interna (algunos la califican ya de "errejonismo"), cuando no el germen de una escisión o sublevación.

En los inicios como partido, Iglesias tuvo que emplearse a fondo para impedir que una de las formaciones primerizas, Izquierda Anticapitalista, se hiciera con el control de la organización, tal como se había propuesto. Lo logró, recurriendo a presentar una lista 'suya' en las votaciones para la dirección nacional. Y ganó la escaramuza.

Sin embargo, todo indica que las diversas procedencias ideológicas y organizativas de Podemos no han quedado asimilados del todo internamente. Incluyendo, por supuesto, Izquierda Anticapitalista, pero no solo.

A pesar de su condición de líder carismático, hoy todavía indiscutible, a Pablo Iglesias le pueden robar Podemos.

Además de lo ya dicho, entre los enemigos más peligrosos en ese sentido hay que citar a los elementos provenientes de Izquierda Unida; es decir, por resumir, los comunistas de siempre.

Desde muy pronto se ha lanzado, de palabra y por escrito, el aviso de que históricamente (en el pasado, pero también en el presente) han demostrado un especial habilidad para penetrar organizaciones ajenas y, al cabo del tiempo, hacerse desde dentro con el control.

 

Pablo Iglesias lo sabe bien. No en vano él mismo, siendo muy joven, mamó la política en el comunismo militante. Algo más tarde, y aplicando una clara evolución ideológica, pero también táctica, optó por abrirse a amplios y plurales sectores sociales. Es la clave de los éxitos de Podemos, que comenzaron con las europeas y siguieron con las generales del 20-D.

El pacto electoral firmado por Iglesias con Izquierda Unida para el 26-J sin embargo, la admiración pública mostrada por personajes como Julio Anguita, han recolocado de alguna manera al actual Podemos en la órbita ideológica y electoral de los comunistas. Esos históricamente tan hábiles en apropiarse de organizaciones y partidos ajenos mediante operaciones camaleónicas.

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En Twitter @JoseApezarena

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