Quiero que me consulten todo

Se ha puesto de máxima actualidad la reclamación de ser consultados a propósito de casi todo. Por eso proclamo que yo quiero que me consulten... sobre todo.

Las calles del país se han poblado estos días de personas reclamando que se celebre una consulta popular sobre la forma de estado, es decir, sobre si hemos de ser una monarquía o una república.

Cuando a los promotores de esas movilizaciones, partidos republicanos como Izquierda Unida, Equo y Podemos, se les argumenta que hoy por hoy en España no existe una demanda de cambio de forma de estado, y también que, si hubiera una consulta, ganaría la opción de la monarquía, responden que ellos en realidad no proponen la república sino que solamente desean que haya la consulta. Que eso les basta. Habría que creerles de entrada; sólo que son fuerzas que se declaran republicanas, así que es lícito concluir que no es solamente eso lo que buscan.

Pero demanda semejante aparece en la boca de los partidos nacionalistas-separatistas con aquello del derecho a decidir. Son independentistas, pero sostienen que en realidad lo único que demandan es que se pregunte. Afirman que les basta con eso. Pero, igual que en el caso anterior, si en realidad se trata de independentistas, cabe maliciarse que buscan algo más que la mera opción de votar. Digo yo.

A la vista de que se está poniendo de moda lo que reclamar ser consultados, yo quiero que me consulten. Pero no sobre asuntos aislados, sino sobre absolutamente todo. Sobre si la velocidad máxima en las carreteras debe ser 130 kilómetros por hora. Sobre quiénes tienen que integrar la selección nacional de fútbol y los que serán alineados finalmente. Sobre si quiero pagar impuestos o no. Sobre qué programación debe ofrecer Televisión Española, que pagamos con el dinero de todos. Y sobre el tipo de flores que van a poner en los parterres de Madrid en las próximas semanas…

Vamos, que, puestos a pedir,  quiero que me consulten sobre todo. Y no necesito que haya nadie entre medias: ni partidos, ni parlamentos, ni organismos… Democracia automática, inmediata directa y exprés. O sea, un ¡Viva la Pepa!