José Apezarena

Salvar al montañero español

Tengo que confesar que me siento orgulloso de que este país haya sido capaz de enviar a Nepal equipos propios de búsqueda y rescate, para localizar, auxiliar, y en su caso evacuar a los españoles atrapados por el terrible terremoto sufrido en aquel país.

Pasado el tiempo, a estas alturas ya solamente quedan seis o siete sin localizar, y en eso trabajan los efectivos de montaña de la Guardia Civil enviados allí, así como el contingente de miembros de la Unidad Militar de Emergencia desplazado.

A la vez, desde el primer momento el Gobierno puso en juego medios especiales dirigidos a la evacuación de afectados, como la utilización del avión oficial del ministro de Asuntos Exteriores, el envío de un aparato del Ejército del Aire... Y la embajada en Nueva Delhi se movilizó para acoger y buscar alojamientos a los que llegaban procedentes de las zonas más castigadas.

No cabe duda de que todo esto ha provocado, y sigue causando, gastos no pequeños. Pero, una vez más, la valoración económica no puede ni debe ser el argumento único, ni tampoco el más destacado, cuando se trata de ayudar a nuestros conciudadanos en dificultades.

Existe una responsabilidad de auxilio y protección por parte de las autoridades de cualquier país, y por tanto de este, que han de ejercitar en toda circunstancia. Y en este caso han respondido adecuadamente a la demanda.

Por supuesto que no faltará quien atribuya los desvelos del Gobierno a la circunstancia de que nos encontramos en tiempo electoral. Puede ser verdad y puede no serlo. Aunque me cuesta imaginar que las motivaciones hayan sido esas. Pero casi me da igual. Lo que me satisface es comprobar que hemos sido capaces de movilizar los recursos necesarios para ayudar a nuestros compatriotas se han visto afectados por una catástrofe.

Digo que me siento orgulloso de la actuación oficial en este caso, como apoyé y elogié también en su día las repatriaciones de los misioneros españoles que contrajeron ébola mientras desarrollaban labores asistenciales en África. Entonces no faltaron corazones mezquinos que criticaron los operativos, poniendo el acento en el coste económico de aquellos despliegues.

Nadie debería olvidar que el dinero destinado a actuaciones como las protagonizadas en Nepal y las de Sierra Leona procede precisamente de los ciudadanos, del bolsillo de los españoles, así que parece lógico, cuando no obligado, que pueda destinarse a salvar españoles.

Bien gastados, en fin, están esos miles de euros.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena


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