José Apezarena

Alfonsín, la sombra de Felipe VI

A la derecha, Jaime Alfonsín, detrás de los reyes en la Pascua Militar

“La persona más importante en la formación y preparación de Felipe ha sido Jaime Alfonsín”. Así me lo han dicho cargos de La Zarzuela que han trabajado allí durante años, que conocen al rey Felipe VI, y que han tratado al hasta ahora jefe de la Casa.

Los jefes de la Casa del Rey suelen durar en el cargo en torno a los diez años, y casi diez años es lo que ha permanecido Jaime Alfonsín desde que, en junio de 2014, Felipe fue proclamado rey y lo situó al frente de la Casa. Pero, en su caso, el trabajo de acompañamiento, apoyo y consejo supera los treinta años, porque fue en noviembre de 1993 cuando se incorporó a La Zarzuela como secretario de un joven Felipe de Borbón.

A su lado ha estado desde entonces, en todo tipo de circunstancias, algunas de ellas difíciles, como la relación y posterior ruptura con Eva Sannum, cuando Alfonsín fue una de las pocas personas que le mantuvo su apoyo y solidaridad. Y en otras mucho más felices, como la boda con Letizia Ortiz y los nacimientos de los dos infantas, Leonor y Sofía, y, por supuesto la proclamación como rey, el 19 de junio de 2014, eventos que fueron diseñados y organizados por él.

Alfonsín fue el cerebro principal del proceso de abdicación de Juan Carlos I, de la proclamación del nuevo rey, y lo ha sido de los diez años transcurridos desde entonces, tiempos igualmente complejos, que han requerido temple y cabeza, fortaleza en muchas ocasiones, habilidad casi siempre.

En la historia de esos diez años en el trono ocupa lugar destacado el discurso de Felipe VI el 3 de octubre de 2017, dos días después del intento de ruptura protagonizado por el independentismo catalán. Allí estuvo Jaime Alfonsín, lo mismo que en la construcción de las difíciles relaciones con un Gobierno en el que habían entrado ministros (Podemos) que llevaban en su  programa la supresión de la monarquía y la proclamación de la república.

Y, por supuesto, le ha tocado gestionar el laberinto del exilio del rey emérito en Abu Dabi, sus venidas a España, la relación con un rey que es a la vez hijo...

Todo eso lo ha afrontado con especial discreción, sin aparecer, manteniéndose casi invisible, hasta el punto de ser un gran desconocido para la práctica totalidad de los españoles.

Se ha contado que las últimas tormentas en la Casa, principalmente las relacionadas con don Juan Carlos, han desgastado no poco a Jaime Alfonsín, y que llegó a confesarlo en privado a amigos cercanos, abogados del Estado de su promoción.

En agosto de 2021 se produjeron rumores de cambio, con el argumento de que había cumplido 65 años ese 18 de agosto, aunque los jefes de la Casa suelen jubilarse bastante más allá de los 70 años. Alfonsín no los cumplirá en La Zarzuela.

 

“Alfonsín ha estado a su lado siempre, le ha ayudado a formarse, le ha aconsejado, y le ha dicho siempre lo que pensaba”, resume una persona del equipo de La Zarzuela, que añade también: “Han compartido desde el primer momento los principios éticos y de ejemplaridad que ahora marcan el estilo de la nueva monarquía”. Durante estos años, concluye, “el rey, antes de hacer nada, siempre miraba a Jaime”.

Si, en el pasado a Sabino Fernández Campo le llamaron “la sombra del rey”, de Juan Carlos I, es evidente que de Jaime Alfonsín se puede afirmar con toda propiedad que ha sido “la sombra de Felipe VI”. La buena sombra, por supuesto.

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