José Apezarena

Amadrinar la Fundación Madrina

Mujer embarazada haciéndose pruebas en un hospital.
Mujer embarazada haciéndose pruebas en un hospital.

Resulta que los presupuestos del Ayuntamiento de Madrid van a salir adelante porque los concejales del Grupo Mixto, los llamados ‘carmenistas’, han conseguido un objetivo importantísimo para la ciudad: que se retire la subvención a la Fundación Madrina.

Le achacan ser “un colectivo que acosa a las mujeres para condicionar su decisión de abortar”.

Ya lo advirtió claramente Marta Higueras, en la Navidad de 2018: “Voy a utilizar todas las herramientas del Ayuntamiento de Madrid para destruir Fundación Madrina”. Y por lo visto, se ha puesto a conseguirlo.

En otro pleno del Ayuntamiento, Carolina Pulido, diputada por Más Madrid, afirmó que la fundación “lo único que hacen es preparar una canastilla a la mujer embarazada, con unos biberones y unos pañales, pensando que con eso va a sobrevivir (la madre) al día siguiente de haber parido”.

Algo no cuadra. Porque Pablo Iglesias, siendo candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid, sobre unas imágenes tomadas en el Banco de Alimentos y del Bebe de Fundación Madrina, afirmó: “Agradecemos la respuesta responsable de la sociedad civil como respuesta al desastre humanitario de la pandemia”.

La propia Marta Higueras estuvo en Fundación Madrina visitando a las madres que atiende y acoge en procesos de formación y empleo, y solo tuvo palabras de elogio.

Esas palabras se tornaron en las amenazas citadas, en la Navidad de 2018, cuando la fundación denunció al Samur Social por presionar a una madre “sin techo” a abortar sin que ella quisiera hacerlo. La mujer se escapó del Samur y fue amparada en los pisos de acogida.

Higueras llamó a la fundación diciendo que, si no retiraban un video denuncia en las redes y no se retractaban, iba a “destruir la Fundación con todos los medios que tenía del Ayuntamiento”.

La fundación respiró cuando Higueras perdió las elecciones, pero ahora el juego político le ha puesto en situación de cumplir sus amenazas.

 

En las primeras semanas del confinamiento por el Covid, y ante la grave situación de desabastecimiento de las familias vulnerables de Madrid, el Ayuntamiento solicitó la ayuda de la Fundación Madrina. Era una situación atípica y grandes instituciones no actuaron hasta dos meses después.

Creó un operativo con más de 2.000 voluntarios y con Caja Mágica como centro logístico. En los dos primeros meses, y antes de que empezaran a actuar el resto de instituciones, logró alimentar a todas las familias y personas vulnerables de Madrid, así como a toda la población LGTBI, a instituciones de barrio republicanas, y a otros sectores marginados y vulnerables como prostitución, trans, entre otros.

Un éxito que contó con la ayuda de voluntarios de grandes empresas logísticas nacionales como Correos y Transfesa, y extranjeras como DB Schenker, entre otros.

Fundación Madrina acompañó también a las familias vulnerables de la Cañada Real, debido a que el ayuntamiento y la UME no pudieron acceder a la misma. Se aportó semanalmente, en colaboración con la Policía Nacional y Local, alimentación e higiene de bebe, material escolar, leña, butano, alimentos y enseres de bebe, placas solares. Y actualmente sigue colaborando en su realojamiento.

Según la fundación, son ‘familias en la UCI’, sin ayudas oficiales, sin ingresos, sin trabajo, sin dinero para transporte, con una deuda de alquiler y de facturas de la luz que va creciendo, y que les sitúa ahora al borde de la calle.

Son ‘family homeless’, que piden el pago de facturas de alquiler, ropa, zapatos, mantas, estufas de gas, y bombonas de gas, a las que la administración, los políticos, no les dan soluciones. Familias condenadas a ir a las ‘colas del hambre’, con una ‘pobreza energética’ y pobreza materno infantil que ha crecido a tasas nunca vistas desde la segunda guerra mundial.

Fundación Madrina lleva 21 años trabajando por la infancia, la mujer y maternidad más vulnerable en España, en varios países, y con cerca de 20 proyectos, con premios y reconocimientos internacionales. Es asesor en Naciones Unidas y en el Parlamento Europeo, luchando por los derechos de las familias monoparentales.

Madrina presenta pisos y residencias tuteladas que acogen a madres y niños con discapacidad, y mujeres jóvenes madres, víctimas de violencia, abuso, violaciones, prostitución y trata de personas. La mayor parte de ellas abandonadas por la administración y por su pareja.

También cuenta con centros de formación y emprendimiento para dar empleo a familias vulnerables. Posee un banco del bebe que alimenta a más de 4.000 familias diarias, reparte más de 20 toneladas de alimentación e higiene infantil, y ayuda a cerca de 100 instituciones, entre ellas Servicios Sociales y Samur social.

Atiende y acoge cerca de 78 nacionalidades diferentes. Un 50% de las mujeres son españolas y el resto inmigrantes, asiladas y refugiadas.

Provee de alimentos e higiene infantil a las llamadas “colas del hambre”, miles de familias y niños, derivadas todas ellas desde Servicios Sociales, Centros de Salud, Hospitales, y entidades como Cáritas, Cruz Roja, Médicos de Mundo, CEAR, entre otras 100 instituciones a las que provee semanalmente de alimentación e higiene de bebe, entre ellas, entidades de origen republicano y de colectivos LGTBI.

Madrina da acogida en residencias y pisos a más de 100 mujeres y niños, y ha provisto de vivienda en el entorno rural, los llamados ‘pueblos madrina’, a más de 300 familias y cerca de 1.000 niños, víctimas de desahucios, muchos de ellos parados por la fundación. Y tiene una lista de espera de más de 800 familias vulnerables en riesgo de calle, condenadas a comer en las “colas del hambre” que atiende la entidad. En el reparto de estas comidas han colaborado tanto la Policía Municipal de Madrid como voluntarios.

Otro servicio destacado es el teléfono permanente, 24 horas, el único operativo durante la pandemia, ya que estuvieron bloqueados los teléfonos administrativos como el 016, 010 o el 012. Ha atendido cerca de 350.000 llamadas de emergencias y se siguen atendiendo, con urgencias tanto sanitarias como alimentarias y de alojamiento. En horas punta llegó a recibir 15 llamadas por minuto.

Madrina presenta también un ‘centro médico’, al que se derivaron en pandemia mujeres gestantes y niños, donde se realizaron más de 2.000 actuaciones ginecológicas, pediátricas y analíticas, en unos primeros meses de confinamiento donde la sanidad pública estaba cerrada y no realizaba intervenciones sanitarias por el Covid. Actualmente se siguen cubriendo emergencias ginecológicas y pediátricas, porque los centros de salud no dan atención a los niños o gestantes sin empadronamiento, sin tarjeta sanitaria o sin papeles.

Y un centro de empleo y emprendimiento de madres con áreas de conciliación para niños de familias vulnerables sin derecho a guardería.

Durante la pandemia apenas se ha hablado de niños, pero la Fundación Madrina ha cuidado de su alimentación e higiene. Muchos han nacido desnutridos y con patologías fruto de la pandemia. Ha repartido cerca de 15.000 canastillas al año, entregando en la propia casa de cada familia, para niños recién nacidos, 700 euros, un importe que no está al alcance de una familia pobre que carece de dinero incluso para el transporte.

Reparte carros, pañales, enseres, ropa, zapatos, mantas, chándal, material escolar, que los servicios sociales no cubren. Se constituye,  así, en un amortiguador social de las desigualdades que se generan por la crisis e incluso por la propia administración.

Cruz Roja la ha declarado la entidad social más grande de Madrid y que provee de más alimentos a los madrileños.

Todos sus proyectos han sido financiados con recursos propios de la entidad, ya que no ha recibido ninguna ayuda del ayuntamiento de Madrid en estos 21 años. Esta iba a ser la primera ayuda del ayuntamiento, por reconocimiento personal de  concejales que conocieron in situ la obra social de Fundación Madrina. Pero el juego de la política (si es que puede llamarse juego) lo va a hacer imposible.

Antes amenazas como la de Marta Higueras, a lo mejor lo que ocurre es que la Fundación Madrina va a recibir más ayudas. De gente dispuesta a ‘amadrinar’ la fundación. No me extrañaría nada.

editor@elconfidencialdigital.com

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