José Apezarena

Cuando los bárbaros son los padres

La agresión sufrida por un árbitro de fútbol de 16 años, protagonizada por el padre de uno de los jugadores, que ha provocado la hospitalización del colegiado, es un suceso que escandaliza sobremanera. Pero mucho más aún si se considera que se trataba de un partido de pre benjamines, es decir, disputado por niños de 7 y 8 años de edad.

Y, sin embargo, lamentablemente refleja una realidad absolutamente común y habitual en campos de fútbol. No hablo de los estadios donde se disputan las divisiones regionales y nacionales, sino de colegios y terrenos municipales de toda España, que son escenario de partidos entre chavales y juveniles.

Animo a cualquiera a presentarse en uno de esos campos. Allí verá, como digo de forma bastante habitual, a padres desaforados, insultando gravemente a jugadores rivales, amenazando al árbitro, y no pocas veces enfrentados, incluso físicamente, a golpes, con los padres del otro equipo.

Padres que animan a los chavales a comportarse antideportivamente, incluso a provocar la lesión de sus rivales. No en el deporte profesional, repito, sino en encuentros de categorías infantiles, escolares, juveniles…

Proyectan allí lo peor del carácter humano: la falta de respeto a los demás, la agresividad, el proceder antisocial, la competitividad mal entendida, el incivismo en una palabra.

Y eso es lo que ven sus propios hijos cada fin de semana. Los chavales están recibiendo de sus padres, un ejemplo auténticamente lamentable.

Como digo, lo de León no es una hecho aislado. En tantos caso, los bárbaros son los padres. Para vergüenza de todos nosotros.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

 
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