De cañas con Santiago Abascal
Las juventudes de Vox han organizado una turné de Santiago Abascal, en principio a lo largo y ancho del país, titulada “De cañas por España”, dirigida al público más juvenil, el de los 18 y veintipocos años.
Por las imágenes que han distribuido a través de las redes sociales, el estreno en Madrid ha resultado un éxito. Ochocientos enfervorizados muchachos y muchachas llenaron el Teatro Barceló, en medio de una escenografía de luz y sonido típicos de discoteca.
El propio líder hizo de DJ en la fiesta, durante la cual, además, el personal entonó, no muy afinadamente, la verdad, el himno nacional a voz en grito.
Alguna razón tienen los dirigentes de Vox en buscar el público más joven, porque es cierto que en ese espectro abundan los decepcionados con los “viejos” partidos, sobre todo con el PP y el PSOE.
Muchos de ellos son, además, votantes nuevos o seminuevos, y parece natural que reclamen el cambio. Que demanden otras cosas.
Se trata de un impulsó básico que en su día también llenó las alforjas electorales de Podemos. Una formación, por cierto, sorprendentemente convertida también en partido “viejo”. Hasta el mismísimo Pablo Iglesias ha envejecido demasiado y mal.
Volviendo al asunto del voto juvenil, no son pocos los expertos en sociología electoral que afirman que atender sobre todo a los sectores más jóvenes constituye un error táctico peligroso.
Lo razonan diciendo que se trata de un voto poco fiable, bastante voluble, que, o bien de pronto opta por no acudir a las urnas, o bien cambia de posición un día a otro por motivos coyunturales y superficiales. Aunque a lo mejor eso no ocurrirá con jóvenes de derechas como los que llenaron el Teatro Barceló.
Por el contrario, dicen los especialistas que la táctica más rentable es tratar de conquistar a los sectores veteranos del país. Son muchas personas, tienen hábito de ir a votar, y, pensando en formaciones de centro y derecha, entre ellos abundan los que podríamos calificar de “moderados y “conservadores”. O sea, su clientela natural.
Así que ir de cañas con Santiago Abascal por España constituye un buen eslogan, que además se vende estupendamente en redes sociales, pero que a lo mejor no constituye la mejor arma electoral para Vox.
Dicho lo cual, ellos sabrán. Ellos sabrán cómo organizan sus movidas y a quién buscan conquistar sobre todo.
Porque el 28 de abril, las urnas darán y quitarán razones a unos y a otros.
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