José Apezarena

¿Desderechizar el PP?

Pablo casado congreso PP
Pablo casado congreso PP

Se ha puesto de moda la expresión "desfranquizar España", que fue una de las 21 demandas de Quim Torra en su último encuentro con Pedro Sánchez.

Y no son pocos los que se malician que la insistencia, casi pertinacia, del Gobierno en sacar a Franco del Valle de los Caídos puede tener que ver con el propósito de cumplir esa petición. Ya no para los Presupuestos, que han quedado descartados, sino en la línea de amarrar los apoyos del independentismo catalán para una futura mayoría tras las elecciones de abril.

Otro concepto que se está barajando, y que quizá haga también fortuna, es el de "desderechizar" el PP.

Dicen que es el consejo que algunos de su propio partido están dando a Pablo Casado. Y, por lo visto, el presidente ha prometido hacer esfuerzos en esa dirección.

La historia reciente muestra que el Partido Popular está pagando muy caro la desatención a su propia gente. Su desdeño hacia amplios sectores de votantes, por la vía del olvido de buena parte de los planteamientos ideológicos de fondo, algunos de ellos flagrantemente incumplidos. Como fue dar marcha atrás en la reforma del aborto que aprobó Zapatero, una más de las promesas incumplidas.

Aparentemente, tal deriva se adoptó en aras de una prioridad teóricamente mayor: la eficacia en la gestión. O sea, que se eligió la receta de los tecnócratas. Y es cierto que, en ese campo, ha cosechado éxitos evidentes.

Sin embargo, con el argumento de salvar a España de la debacle económica, y dando de lado a las promesas electorales, han conseguido provocar la decepción, el cansancio y la huida de buena parte de sus votantes naturales, que han acabado refugiándose en unos recién llegados, en Vox.

La renuncia a defender las ideas, junto con la enorme lacra de la corrupción, han situado al PP como segundo partido, por detrás de los socialistas, e incluso, según alguna encuesta concreta, como tercera fuerza del país. Un espectacular retroceso, la verdad.

El Partido Popular afronta hoy una situación paradójica. Si mira a la derecha, para intentar recuperar a los desengañados, se aleja del centro, que es donde, según siguen proclamando los expertos, se ganan las elecciones. Y ahí le come terreno Ciudadanos.

 

Si, por el contrario, dulcifica y modera esos planteamientos, tal vez conseguirá conservar y hasta recuperar apoyos por el centro, pero consolidará las huidas en busca de Vox.

La decisión no va a resultar fácil. Es lo que estará pensando Pablo Casado.

Pero lo peor que le podría pasar al Partido Popular sería desleír sus convicciones, ocultar los principios, traicionar lo que han sido, para nada, porque al final resulten igualmente derrotados.

Me viene a la cabeza lo de la honra sin barcos y los barcos sin honra. En ese caso, no habría ni honra ni barcos. ¡Vaya papelón!

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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