José Apezarena

Desvergonzado presidente del Gobierno

Lugo. Mítin central en Galicia del Presidente del Gobierno y candidato a la reelección el las próximas elecciones generales del 23 de Julio, Pedro Sánchez. Miles de personas procedentes de toda Galicia han acudido a la única cita de Sánchez en Galicia en el Auditorio Gustavo Freire de Lugo, donde han hablado Lara Méndez, alcaldesa, Valentín González Formoso, secretario xeral del PSdeG-PSOE, José Ramón Gómez Besteiro, candidato al Congreso por Lugo y Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez

Dicen los diccionarios que desvergonzado es aquel “que habla u obra con desvergüenza”, y también el que “no muestra vergüenza por cometer acciones que se reputan inmorales”.

Desvergonzado es quien no tiene vergüenza, y vergüenza se define como “turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante”.

Sinónimos de desvergonzado son atrevido, descarado, descocado, desfachatado, fresco, impertinente, inverecundo, sinvergüenza.

Ese calificativo dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, salta casi instintivamente cuando se le ve, se le escucha, y se comparan sus declaraciones, opiniones, anuncios y promesas con lo que realmente ha cumplido o va a cumplir.

Y la desvergüenza resulta especialmente clamorosa en lo relativo a dos asuntos de hondo calado político y de fuertes consecuencias para el presente y el futuro de este país: la amnistía a los golpistas catalanes y la puesta en práctica de un referéndum de autodeterminación en Cataluña.

Un rápido repaso a las redes sociales ofrece repetidamente declaraciones y tomas de posición en las que Pedro Sánchez se pronuncia clara y radicalmente contra esas dos posibilidades, que, sin embargo, ahora va cumplir.

Hace dos meses, solo dos meses, Pedro Sánchez, afirmaba en Al Rojo Vivo: “El independentismo pedía la amnistía, pide un referéndum de autodeterminación, no han tenido amnistía, no hay un referéndum de autodeterminación ni lo habrá. No lo habrá, primero por convicción personal y política; en segundo lugar, porque la Constitución, no solo la española, ninguna Constitución en el mundo reconoce el derecho a la segregación”. Por convicción personal...

Poco después del intento secesionista del 1-O, en 24 Horas de TVE, se comprometió a “endurecer el Código Penal” para defender la Constitución de tales ataques.

“Estamos trabajando -declaró- en una modificación del Código Penal y la vamos a presentar en el Congreso de los Diputados. Porque es evidente que el delito de rebelión, tal como está tipificado en el año 1995, no corresponde al tipo de rebelión que se ha sufrido en estos últimos meses. Tenemos que defender el bien jurídico que es la Constitución frente a responsables públicos que lo que están haciendo en valerse de su institución y de su posición política para violentar el orden constitucional. Por tanto, le anuncio que nosotros estamos trabajando en una modificación del Código Penal para adecuar el delito de rebelión a la España del siglo XXI, a la España de 2018, y ante hechos tan inauditos como el que ha ocurrido en nuestro país durante estos últimos meses”. Para defender la Constitución...

 

Hay más vídeos. Entrevistado por Susana Griso sobre lo ocurrido en Cataluña, declaraba, de forma contundente: “Es un delito de rebelión. Tenemos que proteger la Constitución frente a responsables públicos que violentan el orden constitucional”.

Ahora está diciendo y haciendo precisamente todo lo contrario. Sin ponerse colorado. Sin vergüenzas.

Los recopilatorios de frases y declaraciones contrarias a lo que hoy sostiene son abundantes. Y tumbativos.

Aunque con mucha menor gravedad que el caso del presidente del Gobierno, los desvergonzados son bastantes más. A todos ellos, empezando por Sánchez, con esos chaqueteos, ¿cómo se atreven a salir a la calle? ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza?

Uno de ellos es el ‘ministro de todo y para todo’, Félix Bolaños. Dos semanas antes de las elecciones del 23 de julio, manifestaba: “Con este Gobierno está más cerca que Puigdemont rinda cuentas ante la Justicia". Y ahora se pronuncia por la amnistía, diciendo: “Este Gobierno siempre ha trabajado por la convivencia y por curar heridas en Cataluña”.

El 24 de septiembre de 2021, la ministra de Defensa, Margarita Robles, juez de formación y profesión, sostenía que Puigdemont debía estar “a disposición de los tribunales. Nuestra posición es la única respetable en democracia, el respeto a las resoluciones judiciales”. O sea, se mostraba contraria a una amnistía que ahora apoya.

María Jesús Montero y José Luis Rodríguez Zapatero 'celebraron' en julio que el Tribunal General de la UE retirara la inmunidad a Puigdemont, diciendo: “Esto pone de manifiesto que España es un Estado de Derecho. Es una noticia magnífica. Cualquier persona que se separa de la ley debe ser juzgada”.

Y Pilar Llop repitió que “el ciudadano Puigdemont debe presentarse ante la acción de la Justicia”, añadiendo que con este Gobierno la ley se cumple en Cataluña, mientras que hace cinco años, con el PP, “los responsables huían de la acción de la Justicia”.

¿Muestra Pedro Sánchez vergüenza por “cometer acciones que se reputan inmorales”? No. ¿Tiene el ánimo turbado por la “conciencia de alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante”. Desde luego que no.

Entonces, es un desvergonzado.

O lo que es lo mismo, un atrevido, un descarado, un descocado, un fresco, un impertinente... un sinvergüenza.

Y, en fin, un vendepatrias.

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