José Apezarena

Qué venderá Pedro Sánchez

Pedro Sánchez

Pedro Sánchez ha decidido quitarse de en medio durante un par de semanas. Se ha marchado a la residencia real de Lanzarote, donde no tiene previstas ni salidas a lugares de la isla, ni recibir ‘oficialmente’ a nadie.

Además de buscar descansar, después de unos meses de actividad agotadora por su parte, el objetivo de tal ‘desaparición’ es dejar libre el campo mediático con el fin de que el interés se centre, casi en exclusiva, en su rival político, Alberto Núñez Feijóo.

Pretende que la expectación se vuelque en el líder del PP y sus esfuerzos para intentar concertar una coalición que le permita presentarse a la investidura con garantías de superarla.

Sánchez piensa que Feijóo no lo conseguirá, que va a estrellarse. Lo cual redundará en evidente demérito de su rival. Un desgaste del que el líder socialista se beneficiará -así lo piensa- para el caso de una repetición electoral no del todo descartable.

Entretanto, Sánchez ha lanzado sus peones a intentar, por su parte, reunir los apoyos que él mismo necesitará de cara a su propia investidura. Los enviados son los peones de confianza, María Jesús Montero y Félix Bolaños, sin olvidar el apoyo de Salvador Illa para el caso de las formaciones catalanas.

Existe expectación por adivinar hasta dónde llegará el presidente, cuando deba ofrecer contrapartidas a todos los que intente sumar a la coalición parlamentaria necesaria para alcanzar esos irremediables 176 escaños que son la mayoría. O más bien por saber si será capaz de negar algo, si dirá no a algunas de las demandas, en el caso de que de ello dependiera seguir en La Moncloa.

El punto decisivo son las exigencias del independentismo catalán, que -por lo visto- ya no se va a conformar solo con una mesa de partidos, sino que está concretando mucho más. Están dispuestos a apretar al máximo. Junts ha sido muy claro: amnistía y referéndum de autodeterminación. O eso, o no hay investidura.

¿Será Pedro Sánchez capaz de comprometerse a unas exigencias tan extremas, que incluso pongan en juego la integridad territorial del país?

Son muchos los que apuestan a que el presidente pagará lo que haga falta... por seguir siéndolo.

 

Aparte del giro político sobre el Sahara, del que todavía desconocemos qué ‘pago’ esconde, los pactos con Bildu y los indultos a los golpistas, pero sobre todo la rebaja en el delito de malversación y la supresión del delito de sedición, son precedentes clamoroso, que apuntan que Pedro Sánchez no tiene ningún límite. Veremos.

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