El dinero, el mejor limpiador de malas reputaciones
Podría parecer que, cuando alguien ha acreditado actuaciones inadmisibles, injusticias, abusos y atropellos, conculcación de derechos humanos y otras barbaridades semejantes, esa persona queda marcada indeleblemente y de por vida. De forma que su fama, su mala fama en este caso, le perseguirá sin remedio.
Y resulta que no. Que historiales semejantes pueden ser borrados con cierta facilidad, y hasta rápidamente, si se cumple una condición definitiva: tener dinero.
En fin, que todo indica que el mejor limpiador de malas reputaciones es el money. Se ha acreditado en multitud de casos. La gente de a pie, las opiniones públicas, los países y hasta la comunidad internacional, no encuentran la menor dificultad en mirar a otro lado, y en acogerse a la amnesia, cuando el interfecto se presenta con los bolsillos repletos de dólares (o de euros).
Teodoro Obiang Nguema, presidente de Guinea Ecuatorial, ha sido durante años persona abominada por la práctica totalidad de los países, incluido por supuesto España, como consecuencia de la implacable dictadura que ha impuesto a su pueblo.
Sin embargo, últimamente las cosas han cambiado como de la noche al día. ¿Motivo? Que ha aparecido petróleo, y abundante, en aguas guineanas. O sea, que ahora tiene dinero. Y puede repartirlo. Lo que ha provocado que unos cuantos países le estén cortejando, con Francia a la cabeza pero también con España en la línea de candidatos.
Obiang pronuncia a principios de abril dos conferencias en Bruselas, aprovechando la asistencia a la cumbre Unión Europea-África. Y ¿quién es el introductor, el avalista, el acompañante? Dos entidades españolas: el Instituto Cervantes y la UNED, la universidad en la que el presidente logró su título.
Los eventos se producirán cuatro meses después de que la Selección Nacional de Fútbol disputara un sorprendente partido 'internacional' en Malabo, frente a la así llamada selección guineana.
Evidentemente, el limpiador de famas, el dinero, ha vuelto a actuar con enorme eficacia.
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