José Apezarena

Pedro Sánchez, ¡déjanos hacer preguntas!

Pedro Sánchez rueda de prensa 13 de marzo de 2020
Pedro Sánchez rueda de prensa 13 de marzo de 2020

La anécdota del aldeano y las jóvenes que coincidieron en el tren es muy conocida, pero la vuelvo a recordar porque puede venir a cuento.

Se encontraron en el vagón un campesino y un grupo de muchachas dicharacheras y divertidas, que lo alborotaban todo. Al verlas tan movidas, el aldeano se dirigió a ellas:

-Señoritas, ¿preguntar es ofender?

-Pregunte, abuelo, pregunte.

-¿Sois puticas?

Creo que el chascarrillo puede venir a cuento de la táctica del Gobierno de ofrecer ruedas de prensa “en diferido”, que diría María Dolores de Cospedal, con preguntas trucadas. O sea, con filtro previo a cargo de los servicios de prensa de La Moncloa, que escogen y deciden qué cuestiones se plantean.

Los protagonistas, los comparecientes, conocen de antemano a qué van a tener que responder. Los firmantes de esas cuestiones no tienen posibilidad de repreguntar, y nadie de los que participan (es un decir) en la supuesta conferencia de prensa puede tomar la palabra, porque, como digo, las preguntas están tasadas y preseleccionadas de antemano, y el cupo cerrado.

Lo ha puesto en práctica el propio Pedro Sánchez en persona. Los servicios de prensa de La Moncloa se lo han querido hacer fácil al jefe, con la aquiescencia de este, por supuesto.

Planteo, con el aldeano de la anécdota, la cuestión: ¿preguntar es ofender?

 

En el mundo político y periodístico suele decirse que no existen preguntas indiscretas. Las indiscretas, en todo caso, pueden ser las respuestas.

Porque un político tiene mil formas de eludir cualquier cuestión indeseada. Y casi todos ellos han mostrado acreditada habilidad para zafarse de asunto enojosos.

Es la famosa reflexión íntima “pregúntame lo que quieras, que yo responderé lo que me dé la gana

Pedro Sánchez tiene igualmente aquilatada esa capacidad de salirse por la tangente. Ya lo ha demostrado en más de una ocasión.

Entonces, ¿por qué ahora no deja preguntar?

Solo se me ocurre que desee evitarse algún mal rato con preguntas supuestamente impertinentes, o bien lo hace por distanciarse, o por pereza, porque no le molesten… Otra cosa no la puedo entender.

Pero el trabajo de someterse a las demandas de información de los medios va en el sueldo de político, y más aún del presidente. Forma parte de su obligación. Lo sabía muy bien cuando se presentó candidato, así que…

El problema, para él y para La Moncloa, es que, a base de repetir las falsas ruedas de prensa y las preguntas trucadas, pero más aún en una situación tan crítica como lo que vive este país con la tragedia del coronavirus, ese procedimiento ha cansado al personal. Los informadores se han hartado.

Cientos de periodistas están suscribiendo el llamamiento a que el Gobierno, incluido en primer lugar su presidente, responda a preguntas “de verdad”, firmando para ello  un manifiesto titulado “La libertad de preguntar”.

El problema añadido que se plantea a Pedro Sánchez, al asesor áulico Iván Redondo, y al equipo de imagen de La Moncloa, no es solo el elevado número de adhesiones que va consiguiendo el escrito, sino sobre todo la calidad de quienes lo suscriben.

Porque entre ellos figuran los profesionales que cubren habitualmente la información política, para digitales, periódicos, radios, agencias y televisiones. O sea, quienes habitualmente se encargan de atender las informaciones del Gobierno y los partidos. Además de buen número de analistas, columnistas, opinadores…

Pero no solamente eso. Es que en la lista aparecen profesionales teóricamente “amigos” del Gobierno, considerados “de izquierdas”, y pertenecientes a medios que teóricamente son “progubernamentales”.

A propósito de la iniciativa del manifiesto, vienen a la memoria tiempos pasados en los que la profesión demostró bastante más cuajo que lo hemos visto estos últimos años.

Aquellos tiempos en que los periodistas repetían la pregunta de un compañero si no había sido contestada por el interpelado, y la repetían uno tras otro hasta que lo lograban. Tiempos en que los fotógrafos, como protesta, colocaron sus cámaras en el suelo cuando pasaba… el presidente del Gobierno.

Preguntar no es ofender. Se trata de una obligación de los periodistas. Y de un derecho… no de los profesionales, sino de la sociedad.

Pedro Sánchez tendrá que dejar hacer preguntas “de verdad”.

editor@elconfidencialdigital.com

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