José Apezarena

¡Pobre PSOE!

Reunión entre el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán y el expresidente de Cataluña, huido en Bélgica, Carles Puigdemont.
Reunión entre el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán y el expresidente de Cataluña, huido en Bélgica, Carles Puigdemont.

Cien años de honradez”. Tal fue el lema con el que el PSOE se presentó cuando España recuperaba la democracia e iniciaba la Transición.

No transcurrió, sin embargo, demasiado tiempo hasta que ese mensaje se transformara en este otro: “Cien años de honradez... y ni uno más”. Coincidió con la eclosión de los escándalos de corrupción que asolaron al partido en los años ochenta y noventa, es decir, cuando gobernó este país.

Ahora, desde los iniciales “caso Flick” y “caso Filesa”, con Felipe González en La Moncloa, hemos llegado, y batiendo récords de implicados y de dinero, al interminable “caso Ere”, junto a otros muchos escándalos, con Pedro Sánchez en la presidencia del Gobierno.

El partido que fundara Pablo Iglesias ha sobrevivido a la plaga de la corrupción. Por el momento.

La nueva pregunta es si saldrá vivo de la trayectoria que está marcando su actual líder, que comprende un pacto de gobierno con los comunistas de Podemos y alianzas amistosas con los herederos de ETA.

La fotografía de Pedro Sánchez dando la mano y sonriendo a la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurúa, seguramente habrá provocado movimientos de huesos en la sepultura de socialistas asesinados por ETA, como Ernest Lluch, Enrique Casas y Fernando Buesa.

Es otro trago que tiene que asimilar el partido. Y está por ver con qué consecuencias.

Pero más aún necesitará sobrevivir a los últimos escándalos: el pacto con quienes intentaron romper España mediante un golpe de Estado, centrado en concederles indultos, rebajar el delito de sedición, y, culminando la hazaña, perdonándoles todo mediante una Ley de Amnistía.

Y no parece que vaya a quedar ahí la cosa, porque muchos se malician que Sánchez ha prometido también, de forma secreta, el referéndum de independencia al que, tal como han proclamado, no renuncia el independentismo.

 

Siguiendo con fotografías, la escena de rendición protagonizada por el ‘número tres’ socialista, Santos Cerdán, rindiendo pleitesía a Carles Puigdemont al pie del cuadro conmemorativo del referéndum ilegal, ha producido escalofríos en gran parte de la militancia.

Y a ese escándalo se ha sumado otra demoledora escena: los máximos dirigentes aplaudiendo, puestos en pie, la decisión de tramitar la Ley de Amnistía.

¿Qué habrán pensado los militantes al ver a sus líderes protagonizando tal ovación? Por citar un caso, ¿cómo habrán recibido los afiliados andaluces contemplar a Juan Espadas en primera fila de los aplausos a la amnistía?

A corto plazo, seguramente el partido tragará. No veo a los militantes resistiéndose. Pero a medio plazo el daño al crédito del socialismo español puede ser muy profundo, cuando los españoles le pasen factura por lo que han hecho.

El pasado, la historia, los cien años no bastan. Hay que mirar a los socialistas franceses, sumidos en una crisis tan intensa que amenaza con su desaparición. Y al inexistente socialismo italiano.

Son dos precedentes a tener en cuenta. Porque, aquí, el PSOE da pena.

editor@elconfidencialdigital.es

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