¿Y qué piensan los socialistas?
Intento ponerme en el lugar de los socialistas de base, de los militantes de a pie de toda España, de las Castillas, de Andalucía, del Norte, de Extremadura y Levante... y trato de imaginar qué sienten en las entrañas al contemplar, en todas las portadas, en los telediarios, en las webs, la foto de la ignominia.
Me refiero a la imagen de su líder y presidente del Gobierno recibiendo y estrechando, sonriente, la mano de Mertxe Aizpurúa, una persona condenada en su día a un año de prisión por apoyar el terrorismo, convertida hoy en representante y portavoz de EH Bildu, el partido heredero de los etarras. Y socio político del PSOE
Periodista de Egin, órgano oficial de ETA, el día de la liberación de Ortega Lara, que pasó 532 días encerrado en un insano y minúsculo zulo bajo tierra, el periódico publicó esta portada: "Ortega vuelve a la cárcel". Es biógrafa de los terroristas de ETA muertos, y en 2018 publicó un libro dedicado a Argala, uno de los primeros líderes de la banda, que participó en el asesinato de Carrero Blanco.
Ese es el personaje con el que Pedro Sánchez se ha fotografiado amistosamente. Y con el que ha firmado un pacto.
Me pregunto qué pensaran los militantes socialistas, y también los votantes, al ver a su líder recibiendo con una sonrisa a un personaje que no condena el terrorismo, ni los homenajes a etarras excarcelados, y tampoco actos vandálicos como la profanación de la tumba del socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA y que apareció manchada con heces y pintura negra.
EH Bildu intenta hoy aparecer como ajeno a ETA, pero en las autonómicas y municipales del 28 de mayo presentó a siete candidatos que fueron condenados por asesinatos de la banda terrorista. Y tiene a cientos de simpatizantes de la banda en puestos políticos locales.
Trato de imaginar qué cara puedan poner los socialistas de siempre, los de carnet, viendo esas imágenes, que ratifican el apoyo de EH Bildu a la investidura de Sánchez, después de haberle escuchado repetidas veces que nunca, nunca pactaría con ellos.
¿Y esta ignominia del líder que la protagoniza y, en consecuencia, del partido y de sus militantes, todo esto por qué? Más bien ¿para qué?
La respuesta es sencilla: por el interés de Pedro Sánchez, que solo mira a seguir en el poder y que está dispuesto a todo por mantenerse en La Moncloa. A todo. Y, me temo, aún no conocemos las concesiones que ha hecho, o va a hacer, al independentismo catalán.
¿Qué piensan los socialistas? ¿Van a seguir callados? ¿Van a mantenerse en silencio, sin hacer nada? ¿Convertidos en cómplices de una gran traición?
¿Se merece eso la historia centenaria del PSOE? ¿Se merece eso este país? ¿Se lo merecen los españoles? ¿Y los socialistas asesinados por ETA cuya muerte no han condenado Aizpurúa ni EHBildu?
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