José Apezarena

Por qué los sindicatos tienen un problema (o dos)

Manifestación de agricultores por las calles de Barcelona

Las movilizaciones de tractoristas en las carreteras del país han estado protagonizadas hasta ahora por grupos de agricultores situados al margen de los sindicatos agrarios.

Un proceso de ese estilo nunca habría salido adelante de no ser por las redes sociales, que se han convertido en foro de opiniones, canal de contactos y vehículo para concertar los actos, con fijación de lugares, horas, y hasta tácticas a utilizar.

Esa realidad ha roto de nuevo la hegemonía de las grandes organizaciones, que se ven rebasadas desde la base, en tantos casos descontenta con el papel desempeñado por los supuestos representantes sectoriales, a los que acusan de que no defienden adecuadamente su intereses y de actuar en connivencia con los poderosos.

Ya ocurrió en el año 2020, cuando un grupo minoritario de transportistas estuvieron a punto de provocar desabastecimientos en los mercados de todo el país. Los protagonistas se activaron al margen de las organizaciones sectoriales.

Ahora, el problema para el Gobierno es que han confluido esos dos movimientos citados, es decir, tractoristas más transportistas minoritarios, y que están acreditando una fuerte capacidad de acción.

Dicho lo cual, la ventaja específica que tienen, tanto agricultores como camioneros, es que, con no demasiados efectivos, es decir, con no excesivo número de tractores y de camiones, son capaces de provocar bloqueos de carreteras, cortes de suministros y paralización del tráfico en las grandes ciudades.

La capacidad de actuar que están mostrando esos minoritarios deja en evidencia a los sindicatos ‘oficiales’. Y es lo que les faltaba, porque su credibilidad anda cerca de los suelos. Y no es de ahora. Ni hace falta recordar lo de las mariscadas.

Es un dato que los sindicatos ‘oficiales’ lo pasan mal cuando quien gobierna es la izquierda, como ocurre ahora en España. A Comisiones Obreras, a UGT, por ejemplo, se les nota esquivos, desmotivados, pacíficos. Aunque el hecho de que vivan de las subvenciones, no de las cuotas de los afiliados, tiene mucho que ver.

No se comportan igual con la derecha, como se comprobó durante las movilizaciones de sanitarios en Madrid, donde gobierna Isabel Díaz Ayuso.

 

Y, para animar el cotarro, el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, no ha tenido más ocurrencia que decir que lo que está ocurriendo en las carreteras son “movilizaciones empresariales”. Bien se aprecia que no tiene mucha idea, más bien ninguna, de lo que ocurre en el campo.

editor@elconfidencialdigital.es

Más en Twitter

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato