José Apezarena

¿Reformar la ley electoral? Eso, nunca

Preparativos de unas elecciones en España.
Elecciones.

Cuando un partido político se encuentra en la oposición, lo habitual es que proclame la necesidad, y hasta la urgencia, de proceder a una reforma de la ley electoral. Esa cuya aplicación le tiene fuera del poder.

Pero, si esa misma formación política llega al Gobierno, inmediatamente olvida aquella demanda, que entierra en el sótano de los objetivos prescindibles.

Es lo que ha ocurrido, una y otra vez, a lo largo de estos años de democracia.

Los dos principales (hasta ahora) partidos del país, o sea PP y PSOE, han gobernado España gracias a victorias conseguidas con la actual ley electoral.

Y tengo la convicción de que ninguno de los dos pondrá demasiado esfuerzo por cambiarla. ¿Motivo? Saben que, con esa norma, o gobiernan ya, o, si no gobiernan ahora, lo harán un día. Tarde o temprano, recuperarán el poder. Es lo que se llama la alternancia, que hasta ahora ha funcionado casi como un reloj.

Para más satisfacción suya (de esos dos grandes partidos), los diversos intentos de arrebatarles el espacio hegemónico que ocupan y han ocupado no han tenido éxito.

Aparte de Izquierda Unida, que nunca le pisó los talones, al PSOE se lo disputó en su día UPyD, y ahora lo ha intentado Podemos, en ambos casos sin resultado.

Por lo que se refiere al Partido Popular, el empujón de Ciudadanos, y más recientemente de Vox, no le han arrebatado la condición de segundo partido, y no parece que se lo vayan a quitar.

Así que me parece que PSOE y PP van a seguir marcando el rumbo político de este país durante bastante más tiempo. Y creo que a ninguno de los dos les interesa, de verdad de verdad, cambiar la actual ley electoral, que es la que, repito, les ha permitido llegar al Gobierno y que, si lo pierden, se lo devolverá tarde o temprano.

 

Por eso, las propuestas que hasta aquí se han visto para un cambio electoral han resultado coyunturales, dispersas, y en muchos casos poco estudiadas.

Lo de que gobierne la lista más votada no convence ni mucho ni poco a los socialistas, y lo de la segunda vuelta parece harto complicado de organizar. Y todo ello en el supuesto de que estuvieran de acuerdo esas dos grandes fuerzas, imprescindibles la coincidencia, el acuerdo, de las dos tratándose de cambios tan sustanciales.

Ahora, Pablo Casado ha lanzado la propuesta de premiar con 50 escaños más al partido que gane las elecciones, copiando así el sistema que rige en Grecia, como fórmula para poner fin situaciones de bloqueo como la que, por segunda vez, estamos viviendo a causa de la falta de mayorías suficientes.

Bueno, pues resulta que la propuesta es inviable. Según ha publicado Confidencial Digital, catedráticos de derecho constitucional y expertos en derecho político han concluido que esa fórmula va contra la Constitución de 1978.

Contradice el artículo 68.2 de la Carta Magna, que establece que “la circunscripción electoral es la provincia”, y que dice que “la ley distribuirá el número total de diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo los demás en proporción a la población”. O sea, no es posible sacarse de la manga 50 diputados más.

Lo dicho. A pesar de lo que afirmen en público los grandes partidos, tenemos ley electoral para décadas.

Y, si no, al tiempo.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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