Sánchez ‘blanquea’ a EH Bildu por tierra mar y aire
Pedro Sánchez pasará a la historia como el político que ha procurado, y tal vez conseguido, ‘blanquear’ a los herederos de ETA, a EH Bildu. Y, por tanto, ‘blanquear’ a ETA.
Lo ha hecho elevándolos a la categoría de protagonistas del Gobierno de España por la vía de aceptar sus votos para ser investido presidente, y de pactar con ellos las cuentas del Estado, tapando a la vez con el silencio las connivencias que mantienen con el mundo pro etarra.
Sánchez tiene como socio preferente a EH Bildu, y como interlocutor a Otegi, quien, con toda frescura, ha reconocido que iban a votar los Presupuestos del Estado para conseguir la salida a la calle de doscientos presos de ETA.
Algunos pretenden distinguir a los bildutarras de los etarras, incluyendo en ese grupo al presidente del Gobierno, a su partido, el PSOE, y a buen número de militantes y de votantes socialistas. Como si fueran dos realidades distintas.
La declaración citada de Otegi, diciendo que su objetivo es que salgan de la cárcel los condenados por pertenencia a la banda terrorista, demuestra todo lo contrario.
Pedro Sánchez ‘blanquea’ a EH Bildu por tierra mar y aire. Y ahora lo ha hecho de nuevo en Navarra, donde la socialista María Chivite, acaba de pactar con los bildutarras su tercer acuerdo presupuestario.
El acuerdo incluye partidas económicas de 13,4 millones de euros, la reclamación de hasta ocho transferencias, y cambios en la financiación de los municipios de la comunidad foral (no hay que ser muy listo para saber quiénes saldrán beneficiados), además de una partida de 910.000 euros para el fomento del euskera recogida en un apartado denominado Relaciones Ciudadanas.
La presidenta navarra tiene, dentro de su propio partido, fama de ser devota seguidora e imitadora de Pedro Sánchez. Y, si en Madrid los presupuestos salen adelante gracias al voto de EH Bildu, en Navarra no va a ser menos, a pesar de que había recibido la oferta de Navarra Suma de darle sus votos a cambio de nada. Ha preferido a los bildutarras.
El líder de Navarra Suma, Javier Esparza, ha resumido así la situación: "EH Bildu manda cada día más en Navarra gracias a María Chivite. Chivite no ha querido soltar la mano de Bildu”.
Todo ello secundada desde de Madrid por otro socialista navarro, igualmente fervoroso de Pedro Sánchez, Santos Cerdán, secretario de Organización, que ha sucedido al hoy despellejado José Luis Ábalos.
Si Pedro Sánchez prometió que no pactaría con Podemos ni con independentistas, y ha hecho todo lo contrario, su discípula María Chivite no le ha ido a la zaga.
Se presentó a las elecciones anunciando que no negociaría con los pro etarras. "No vamos a pactar con Bildu, es un compromiso personal mío", dijo.
En un programa de Navarra Televisión previo a las elecciones, varios ciudadanos le preguntaron sobre pactos para formar un gobierno. Uno quiso saber: "¿Usted propiciaría un gobierno que cuente con los votos de Bildu?".
La respuesta de María Chivite fue: "A ver. Yo he dicho que con Bildu el Partido Socialista no va a pactar. Y ese es un compromiso mío que lo he hecho público y que lo seguiré haciendo público. El Partido Socialista no va a pactar con EH Bildu". Mintió. Como su admirado líder nacional.
Chivite, no solo ha llegado a un acuerdo con ellos, sino que los ha sentado a su mesa. Adolfo Araiz, impulsor de la 'socialización del dolor' de ETA, ha sido el negociador con el PSOE. Y la presidenta no les ha exigido la condena de los asesinatos, ni la colaboración con la justicia para esclarecer atentados sobre los que no se conoce la autoría y nadie paga por ellos, como los de Juan Carlos Beiro en Leiza o Julián Embid y Bonifacio Martín en Sangüesa. Nada. Gratis.
Les ha dado un cheque en blanco. Como Pedro Sánchez. Del que se podría proclamar, a modo de anuncio televisivo, que “Sánchez blanquea más blanco”.
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