José Apezarena

Los socialistas descubren (por lo visto) la monarquía

La princesa Leonor, la Reina Letizia y el Rey Felipe VI saludan al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, a su llegada a una recepción con motivo del Día de la Fiesta Nacional.
Pedro Sánchez saluda a la princesa Leonor durante la recepción de la Fiesta Nacional

Los socialistas hacen, de vez en cuando, ‘descubrimientos’. Y lo dicen. Eso es algo que les honra. Ocurría que tenían un punto de vista negativo sobre una institución o persona, se percatan de que estaban equivocados, y no tienen empacho en rectificar. Y, además, decirlo públicamente.

No es que lo hayan practicado siempre que han comprobado su error; ni siquiera muchas veces, porque la suma de marchas atrás resultaría interminables, pero sí lo han hecho alguna que otra vez. Y, como digo, cuando sucede, es algo que les honra.

Ya les ocurrió con la Guardia Civil. En 1982, el PSOE llegó al poder tras una espectacular victoria en las elecciones, formó Gobierno, presidido por Felipe González, empezó a gestionar el país, y sobre todo las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, se encontró con la Benemérita... y quedaron cautivados.

Eso reconocieron paladinamente, tanto el presidente del Gobierno como su ministro del Interior, José Barrionuevo, que definió a la Guardia Civil como “pieza fundamental de la seguridad del Estado y de todos los españoles”. Anunció que el Gobierno la respaldaría “sin ningún tipo de dudas ni reservas”. Y Barrionuevo lo cumplió. Otra cosa es lo que ahora practica de Grande-Marlaska, pero mejor pasar página.

Bueno, pues a lo que vamos: parece que ahora ha “descubierto” a la monarquía.

Me refiero al actual socialismo, no al ‘normal’, el de Felipe González, que siempre dio pruebas de respeto y consideración hacia la Corona. Y lo mismo, por cierto, en el caso de Alfredo Pérez Rubalcaba, personaje clave en el proceso de abdicación de don Juan Carlos y acceso al Trono de su hijo, Felipe VI. El entonces secretario general socialista hizo posible una sucesión sin contratiempos.

Verdad es que el hoy presidente, Pedro Sánchez, ha mostrado en más de una ocasión actitudes negativas, desdeñosas y hasta faltonas con el actual monarca. Baste citar las veces que ha hecho esperar a Felipe VI, o que se he adelantado en el saludo a los asistentes, y también una que otra respuesta agria cuando Zarzuela planteaba un posible retorno de don Juan Carlos.

Eso parece haber desaparecido. Porque resulta que el Gobierno, La Moncloa, otorga “máxima relevancia” a un acontecimiento con tintes de acto de Estado, que se celebrará el 31 de octubre: la jura de la Constitución por la heredera, la princesa Leonor.

Lo proclamaba el ministro Bolaños, en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, diciendo que el Gobierno “otorga la máxima relevancia” a la jura de la princesa para "garantizar la continuidad de la monarquía". La continuidad de la monarquía.

 

Afirmó que ese día “se mostrará la fortaleza de la democracia y la continuidad de la Corona”, y la “capacidad de la monarquía de adaptarse a los tiempos”.      

“No se nos escapa a nadie -enfatizó- la enorme carga simbólica de este juramento. También hay una dimensión jurídica. Este juramento es imprescindible porque con el juramento se simboliza que tiene la intención de ser la heredera”.

“Será una ceremonia -concluyó Bolaños- que demuestre que nuestra Constitución es capaz de integrar a todas las visiones”.

Enhorabuena al ministro Bolaños por tales reconocimientos.

Visto lo visto, me viene a la memoria una vieja acusación que se hacía a los anteriores gobiernos socialistas: aciertan solo cuando rectifican. Era una reflexión mal intencionada, aunque con bastante fundamento.

En este caso hay las dos cosas: rectificación y acierto. Digo yo.

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