El café del asesino

Nunca he tenido un arma en mi mano. No he mantenido relación con ETA. No conozco el bar Daytona de Andoain.

Son las negaciones del etarra Gurutz Agirresarobe, juzgado por el asesinato del jefe de la Policía Municipal de Andoain, Joseba Pagazaurtundua, el 8 de febrero de 2003.

La novedad de este juicio ha estado en que el procesado respondió a las preguntas del fiscal, cosa que hasta ahora no practicaban los miembros de ETA.

Afirmó que su “mayor dilema” desde que fue detenido es saber dónde se encontraba en el momento del atentado, para lo que ha estado “removiendo cielo y tierra”, pero sin éxito.

A pesar de sus negativas, con lo que no contaba era con que en la taza de café se recogió el ADN de la persona que disparó contra Pagazaurtundua. Un ADN que es el suyo.

La taza de café del asesino quedó como testigo mudo, que finalmente ha hablado, gracias al ADN.

El procesado trato de argumentar que él no consume café: “He tomado dos en mi vida y me sentaron mal”.

En la vista se encontraba la viuda, Estibaliz Garmendia: “ETA asesinó a un hombre bueno, un compañero y un amigo”, declaró. También asistía su hermana, Maite Pagazaurtundua.

Posiblemente estemos en una nueva época. Posiblemente ETA no vuelva a matar. Posiblemente. Pero los delitos cometidos en el pasado tienen que ser juzgados y pagados. Todos los que quedan pendientes, sin dejar uno.

 
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