La indiscreción de Soraya

Se le escapó, por lo visto, a la vicepresidenta el comentario de que la reforma de la ley del aborto, que promueve y propicia el ministro de Justicia, está parada, ha quedado bloqueada políticamente.

Esa afirmación de la vice, hecha en un ambiente de discreción, se publicó, hubo reacciones políticas y cierto maremágnum en los ámbitos del Gobierno, se intentó rectificar con notas semioficiales lo dicho por Soraya Sáenz de Santamaría, pero todo indica que dijo la verdad: la reforma ha entrado en dique seco.

Alguien me cuenta que Alberto Ruiz Gallardón se dedica a pedir a unos y otros que ‘presionen’ al presidente del Gobierno, que le insistan en que la reforma del aborto ha de salir, para que Rajoy ceda, le de vía libre, y, en efecto, esa medida resulte finalmente aprobada por el consejo de ministros.

¿Cuál es el problema? Que en el Gobierno y en la cúpula del PP son muchos los que no quieren la reforma. O porque están de acuerdo con la actual legislación híper abortista (aprobada por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero sin consensuarlo con nadie), o porque, en fin, les da cierta pereza meterse en esa batalla.

El problema (para Rajoy, el Gobierno y el PP) es que se trata de una promesa electoral. Que la vuelta atrás en la legislación sobre el aborto figuraba, y en lugar destacado, en el programa presentado para las pasadas elecciones generales, con el que consiguieron la victoria.

Cierto es que este Gobierno ha incumplido un buen porcentaje de su programa, pero tiene la excusa de que se ha visto forzado a ello por la lastimosa situación económica del país, por la herencia del zapaterismo, que nos dejó al borde de la intervención.

Vale. Pero la reforma del aborto nada tiene que ver con argumentos económicos ni con la crisis. Así que obviar ese compromiso electoral constituirá, si al final ocurre, un flagrante incumplimiento del programa, cuando no un engaño a los electores.

Y yo me pregunto. Si el PP es fiel a su promesa y reforma el aborto, ¿sufrirá alguna penalización electoral? Creo que no. Quienes se declaran abortistas militan mayoritariamente en otras filas, y los que están en el PP o le votan no se cobrarán esa factura.

Si, por el contrario, incumple el compromiso contraído, ¿pagará algún precio? Me parece que sí. Pienso que no pocas personas, que se fiaron de la palabra de Rajoy en este terreno, optarán, desengañados y molestos, por retirarle su voto. Es más, se detectan algunos movimientos sociales en la dirección del castigo.

 

O sea que con el cumplimiento no tiene nada que perder, y que el incumplimiento le puede castigar. ¿Entonces? Que me lo expliquen.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato