El primo de José Blanco

La presunción de honradez significa que una persona lo es (es honrada) mientras no se demuestre lo contrario.

Ocurre que, como en otros sucesos judiciales, también en este tipo de asuntos, una vez lanzada la piedra resulta muy difícil volver a la situación inicial. Siempre se hace daño. Es la vieja historia del agua derramada.

Ahora se ha puesto en cuestión la honradez de José Blanco, al que, en declaraciones ante el juez, un empresario lucense dice haber entregado 400.000 euros a cambio de gestionar subvenciones y ayudas.

Según su testimonio, “hizo gestiones ante Hacienda para que la dirección de Ayudas Regionales, subvencionase con 467.627 euros a sus empresas” y para que el ministerio de Sanidad acelerara permisos en la comercialización de determinados productos.

Blanco, uno de los políticos con más poder, por su triple condición de ministro de Fomento, portavoz del Gobierno y vicesecretario general del PSOE, ha anunciado acciones civiles y penales para defender su honor.

El punto flaco está en el receptor de las supuestas ayudas. Un supuesto primo político del ministro. El empresario lucense afirma que hizo llegar al ministro los 400.000 euros por medio de dos empresas, una de ellas propiedad de ese primo político.

Lo mejor que puede hacer Blanco es, no anunciar querellas y demandas, sino interponerlas desde ya.

Y quizá alguna de ellas habrá de afectar al primo político, ¿no? Porque las cosas tienen que quedar meridianas, como se dice ahora.

 
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