José Ignacio Wert es muy listo
Hace varios meses estuve desayunando con un importante ejecutivo de este país. Su empresa cotiza en el IBEX 35 y, a pesar de la crisis, las cosas no le van nada mal. Hablamos de muchas cosas y para mi sorpresa, también de José Ignacio Wert.
Salió en la conversación pero hoy no recuerdo muy bien a cuento de qué. Las palabras de mi interlocutor sí se me quedaron grabadas.
Me dijo que conocía bastante bien al ministro de Educación, Cultura y Deportes. La amistad entre ambos viene de lejos y no era fruto del ‘ascenso’ del político ni del puesto que ocupa ahora en el Gobierno Rajoy.
Coincidió conmigo en que Wert se pasa muchas veces de frenada. Me explicó su tesis al respecto, como persona que cree conocer un poco al otro.
Me dijo que el ministro es una persona muy lista que llegó al Ministerio casi por casualidad, pues su puesto iba a ser el de presidente de la Corporación RTVE. Así se lo había manifestado el propio Mariano Rajoy. Pero Wert vale lo mismo para un roto que para un descosido. Y le tocó aterrizar en Educación. Es brillante, una cabeza prodigiosa, me aseguró este empresario.
Además, es muy aficionado a los sarcasmos, a las ironías, a los juegos de palabras. Es muy hábil... pero tanto –me explicó mi interlocutor- que se pasa de listo. No todos le siguen. No todos sintonizan con su mordacidad. Muchas veces no resultan oportunas sus ocurrencias.
También me advirtió de que José Ignacio Wert no da puntada sin hilo. Sus años al frente de empresas especializadas en sondeos y análisis de opinión pública (Demoscopia, TNS Sofres) le han dado una formación singular, cercana a la calle y a la percepción que tienen los ciudadanos de las cosas.
Creo que esta conversación resulta especialmente interesante ahora, cuando el ministro ocupa en todos los sondeos el último puesto de popularidad entre todos los ministros y es noticia por sus habituales desplantes públicos.
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