Javier Fumero

A Rajoy le falla el corazón

El otro día estuve charlando con un experto en comunicación, alguien muy preparado y que lleva años analizando la política española con curiosidad profesional, sin entrar en cuestiones ideológicas. Le pregunté por Mariano Rajoy y me dijo lo siguiente.

A Rajoy le falla en el corazón. Se ha empeñado todos estos años en dar una imagen de líder eficaz, sobrio, útil, capaz, sin estridencias. Buen gestor de las cuentas del país. Y poco más.

Poco o nula cercanía. Poca o nula sintonía. Poca o nula empatía. Puede que no se le dé muy bien o que se le atraganten los medios de comunicación –dijo- pero es que, además, está muy mal asesorado. Y me puso dos ejemplos, pequeños si se quiere, pero significativos.

1. Jamás le hemos oído hablar de la ley de dependencia. Ni una sola vez. Y mira que hay gente sufriendo la falta de fondos para atender a esa población cada vez más numerosa de ancianos y enfermos. Es la población en general la que mira ese tema con mucho interés. No sólo cuando te afecta. Es un asunto que “humaniza” a un líder. Pues no. Él sigue con el discurso económico.

2. El otro día acudió a TVE y se sometió a las preguntas de algunos ciudadanos. Preguntas grabadas, que ya tiene delito. Pero al grano. Le preguntaron por la pobreza en España y respondió con datos de Turismo. Le preguntaron por la crisis en tantos hogares españoles y presumió de haber salvado a España de la quiebra, se reconoció satisfecho porque "hice lo que pienso que tenía que hacer" y repitió varias veces que España es ahora el país que más crece de la Unión Europea.

Pero la guinda del pastel fue cuando intervino una empleada de gestoría que padece esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa. Le preguntó por las ayudas a la dependencia y las iniciativas sociales. Ana Blanco le invitó a comentar el caso y Rajoy no logró ni memorizar el nombre de aquella chica. Aludió al caso dramático de “esa mujer…”.

Mi interlocutor fue durísimo: es que no es tan difícil; es un error de bulto, muy grave, que muestra una escasa preparación para el puesto que ocupa y esa falta de corazón del presidente que nada le beneficia.

En los Estados Unidos se acaba de presentar un libro muy interesante, llamado The Conservative Heart’. Lo firma Arthur Brooks, considerado por la prensa progresista  como una de las voces más autorizadas del conservadurismo norteamericano.

Su tesis coincide con la de mi amigo: la derecha debe explicarse mejor. Apostar por el “conservadurismo compasivo”, por una “economía con alma”; pasar de ser “un movimiento de protesta a un movimiento social”.

 

-- “Tenemos que dejar de centrarnos en aquello a lo que nos oponemos y empezar a proclamar con audacia aquello por lo que luchamos. Tenemos que presentar una agenda de gobierno positiva y esperanzadora, que se preocupe por mejorar la vida de todo el mundo, especialmente la de los más vulnerables, a través de políticas genuinamente conservadoras”.

Después de una crisis económica en la que muchos lo han pasado mal, Brooks sostiene que la gente se merece argumentos morales centrados en la compasión y la justicia. Por eso, en su opinión, la derecha se equivoca cuando sigue presentándose bajo la marca del “realismo económico”.

¿Alguien logrará hacerle entender a Mariano Rajoy que el PP necesita cambiar de discurso?

Más en twitter: @javierfumero

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