El drama de Rubalcaba

Alfredo se hunde en las encuestas. Y hasta los propios dirigentes del PSOE comienzan a manifestar en privado su malestar (véalo aquí) por el modo en el que está conduciendo la campaña, por su falta de pegada y mala imagen.

Rubalcaba no despega.

A mi juicio, tiene mucho que ver con el gran desafío que debe afrontar: su pasado reciente. Me explico con un ejemplo.

El candidato socialista ha decidido estos días acentuar el giro a la izquierda del programa electoral del PSOE y ha anunciado el compromiso de elaborar una nueva Ley Hipotecaria para regular la dación en pago. El acuerdo contemplaría como única garantía el bien hipotecado y así, los ciudadanos asfixiados por las deudas podrían saldar sus pagos simplemente entregando el piso.

¿Cuál es el problema?

Muy sencillo. Que anteayer, cuando Rubalcaba era el número dos del Gobierno Zapatero, su partido votó en contra de adoptar esta medida. Por dos veces: primero en el Congreso y después, en el Senado.

Las hemerotecas están ahí para refrescarnos la memoria:

1. Fecha: 21 de febrero de 2011. Votación en el Congreso de los Diputados. Asunto: proposición de ley presentada por IU e ICV solicitando un cambio de la Ley Hipotecaria para obligar a las entidades financieras a aceptar que la entrega de la vivienda permita cancelar el préstamo hipotecario. Resultado: Negativo. El PSOE unió sus votos al PP y ambos partidos votaron en contra. Vea aquí más detalles.

2. Fecha: 4 de julio de 2011. Votación en la Comisión de Economía del Senado. Asunto: moción del BNG que reclamaba cambiar la legislación hipotecaria para obligar a las entidades a aceptar que con la entrega de la vivienda fuera suficiente para cancelar cualquier préstamo. Resultado: Denegada. El PSOE fue el único partido que votó en contra, mientras que PP, CiU y PNV se abstuvieron. Consulte aquí los detalles.

 

¿Qué sucede?

Que a los ciudadanos con memoria les rechinan los oídos. ¿Cómo es posible que el candidato Rubalcaba vea ahora con buenos ojos algo que su partido rechazó hace sólo tres meses?

Suena a pura propaganda electoral. Una estrategia diseñada para camelarse el voto de la izquierda y atraer a los indignados del 15-M. Maniobra a la desesperada para remontar en las encuestas. Ni principios, ni convicciones firmes: carnaza burda, celada interesada y falsa.

Justo lo que menos necesita ahora este país.

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