El largo abrazo a la infanta Cristina, la reverencia a don Juan Carlos y las lágrimas, los detalles más relevantes de Letizia Ortiz

La despedida a Érika Ortiz, en el tanatorio de Alcobendas, en Madrid, congregó ayer a toda la familia real, con excepción de la reina, todavía de regreso procedente de Indonesia. El centro de la atención fue la princesa de Asturias, que protagonizó algunos de los momentos más emotivos.

Esta es una síntesis de los detalles más relevantes de ese acto:

--Llovió durante todo el tiempo. Algunos recordaron que también la boda de los príncipes de Asturias estuvo marcada por una intensa lluvia en Madrid.

--Fue un acto estrictamente familiar, para las dos familias, sin asistencia de representaciones oficiales o institucionales. Hubo presencia de cámaras de televisión retransmitiendo en directo. Sin embargo, se quedaron en el exterior y no captaron el responso dentro del tanatorio.

--Don Felipe llevó en su coche a Letizia Ortiz y también a su madre, Paloma Rocasolano.

--Prácticamente inadvertida pasó la presencia del padre, Jesús Ortiz.

--El príncipe Felipe asumió un claro protagonismo, casi como anfitrión, puesto que recibió y atendió a don Juan Carlos a su llegada, estuvo pendiente de su mujer, y tomó la iniciativa de acercarse a los periodistas con doña Letizia para agradecer su trabajo.

--Todos los asistentes vestían de riguroso negro, los varones y las mujeres. Especialmente elegante el príncipe Felipe.

--Se repitieron los gestos de afecto entre la princesa Letizia y sus cuñadas y cuñados. Llamativamente largo e intenso fue el abrazo de llegada a la infanta Cristina, con la que se había publicado en algún sitio que mantiene malas relaciones.

--A pesar del momento, la princesa de Asturias se atuvo al protocolo más estricto. En el momento de despedir a don Juan Carlos, que le había dado un abrazo, no dejó de realizar la reverencia que es protocolaria con los monarcas.

 

--Letizia Ortiz no quiso reprimir del todo su dolor. Se le vio muy afectada, con lágrimas en los ojos en más de una ocasión. Cuando se paró ante los informadores para agradecer las muestras de condolencia, se le cortó la voz y no pudo seguir.

--Asistió también el primer compañero de Érika, el escultor Antonio Vigo.

--La familia directa, los Ortiz Rocasolano, permanecieron un rato más en el interior del tanatorio, una vez que se habían marchado los invitados. Con ellos se quedó el príncipe Felipe.

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