La Academia de Zaragoza logra reducir el número de ‘deserciones’ entre los nuevos cadetes

Los 405 alumnos acaban de finalizar las dos semanas del Módulo de Acogida, Orientación y Adaptación a la vida militar con menos bajas respecto a otros años

Cadetes realizando instrucción.
Cadetes realizando instrucción.

El pasado 20 de agosto, a las ocho de la mañana, estaban citados los 405 nuevos alumnos que se incorporaban al primer curso de la Academia de Zaragoza. Un total de 316 hombres y 89 mujeres que, durante estas dos semanas, se han ‘enfrentado’ al denominado Módulo de Acogida, Orientación y Adaptación (MAOA). Un periodo de aclimatación a la exigente vida militar que caracterizará su carrera profesional en las Fuerzas Armadas.

Se trata de una fase muy crítica para los cadetes, ya que es muy habitual que durante estos quince días se registren abundantes bajas de alumnos que no consiguen adaptarse a un estilo de vida y disciplina muy diferente al que mantenían en sus hogares.

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Sin embargo, este año se han registrado “menos bajas de lo normal” entre los nuevos cadetes tal y como aseguran fuentes militares vinculadas a la Academia Militar General. No ofrecen datos exactos por cuestiones de “privacidad”.

Se convirtió en un problema

Hace unos años, la sangría de bajas era muy importante entre los nuevos alumnos. Las bajas eran cubiertas por los aspirantes que se habían quedado a las puertas durante las pruebas de acceso, pero los trámites burocráticos solían extenderse -las bajas deben ser certificadas y publicadas oficialmente- y los sustitutos se incorporaban con sus compañeros más tarde de lo deseable para la dirección de la Academia.

El asunto llegó incluso a oídos de Felipe VI, quien -siendo aún príncipe- durante una visita al centro para reencontrarse con antiguos compañeros de la Academia preguntó por el problema.

Nuevos cadetes realizando una marcha.

Flexibilizar la adaptación como solución

Según explican a ECD fuentes próximas a esta problemática, se optó por “levantar un poco la mano” en ciertas cuestiones de disciplina para poder hacer algo más llevadero a los cadetes el periodo de asimilación. Se permitió, por ejemplo, que tuvieran mayor acceso a sus teléfonos móviles o mayor tiempo de socialización con sus nuevos compañeros. “Físicamente cambió poco, y la parte de actividad deportiva y ejercicio sigue siendo muy importante” explican voces consultadas.

El resultado de este nuevo modelo ha sido positivo, y pese a que no se disponen de cifras oficiales “los cadetes nuevos aguantan mejor este periodo que hace unos años” aseguran. Además, explican, “ahora parece que se leen las normas de presentación personal” antes de acudir al centro.

 

Ahora, formación militar

A partir de ahora comienza para los cadetes la fase del Módulo de Formación Militar Básica, un periodo de un mes -todo septiembre- en el que se centrarán en conocer sus armas y aprender a usarlas con prácticas de tiro, así como marchas y movimientos tácticos de combate. Una fase “muy física” en la que también pueden producirse bajas pero en la que los cadetes “suelen estar ya más adaptados”.

Tras ella dará comienzo la fase de estudio del primer curso del grado universitario en ingeniería que cursan todos los futuros oficiales del Ejército de Tierra.

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