Diego Matamoros se refugia en su hermana Laura tras el distanciamiento con Carla Barber

MADRID, 28 (CHANCE) No cabe duda que son tiempos convulsos para los Matamoros debido a la guerra mediática entre el patriarca del clan, Kiko Matamoros, y su exmujer, Makoke. Ajenos al fuego cruzado que el exmatrimonio mantiene en los respectivos platós de televisión en los que trabajan, Laura y Diego Matamoros continúan con sus vidas en las que, aparentemente, reina la cordialidad. Junto a Benji Aparicio, pareja de la influencer, y Matías, el hijo que ambos tienen en común, los hermanos estuvieron revisando en primera persona la nueva aventura empresarial en la que se ha embarcado el cocinero. El empresario, que ya tiene un restaurate en el centro de Madrid, Noname, abrirá pronto un nuevo negocio de hostelería a las afueras de la capital a pesar de la incertidumbre que depara la Covid-19. Benji y Laura, quienes encarnan la viva imagen de que segundas partes sí son buenas, no han dudado en seguir emprendiendo y no hay pandemia que ponga freno a sus ganas de crecer.

MADRID, 28 (CHANCE)

No cabe duda que son tiempos convulsos para los Matamoros debido a la guerra mediática entre el patriarca del clan, Kiko Matamoros, y su exmujer, Makoke. Ajenos al fuego cruzado que el exmatrimonio mantiene en los respectivos platós de televisión en los que trabajan, Laura y Diego Matamoros continúan con sus vidas en las que, aparentemente, reina la cordialidad. Junto a Benji Aparicio, pareja de la influencer, y Matías, el hijo que ambos tienen en común, los hermanos estuvieron revisando en primera persona la nueva aventura empresarial en la que se ha embarcado el cocinero. El empresario, que ya tiene un restaurate en el centro de Madrid, Noname, abrirá pronto un nuevo negocio de hostelería a las afueras de la capital a pesar de la incertidumbre que depara la Covid-19. Benji y Laura, quienes encarnan la viva imagen de que segundas partes sí son buenas, no han dudado en seguir emprendiendo y no hay pandemia que ponga freno a sus ganas de crecer.

Orgullosos padres donde los haya, la enamorada pareja se deshizo en muestras de cariño con su hijo, Matías, quien estuvo jugando con una moto. No tanto Diego Matamoros, quien -encarnando a perfección el rol de 'tío pasota'- saludó fugazmente al pequeño, que le recibió con una sonrisa y mucha simpatía - y volvió a centrar toda su atención en el teléfono móvil. El colaborador de Mtmad, tras un verano en el que no se ha separado de su novia, Carla Barber, vive los primeros días de otoño separado de ella. Una distancia que no se había producido desde que iniciaron la relación y que puede ser indicativo de que se ha producido un antes y un después en su noviazgo. Y es que, tras el violento robo que sufrió la doctora en la puerta de su casa y las críticas que ponían en duda tal suceso, la canaria ha decidido poner océano por medio y marcharse unos días a su tierra natal, ya que, según ha publicado en sus redes, su corazón necesita sanarse.

¿Podrían estar viviendo Diego y Carla su primera crisis? Ambos han preferido refugiarse en sus respectivas familias. Mientras la cirujana se siente arropada por los suyos, el influencer hace lo propio con su hermana Laura. El tiempo dirá si cuando la canaria regrese a Madrid continúan su relación o el 'para siempre' del que hacían gala en sus perfiles se ha convertido en 'para unos meses', más concretamente en 'para los meses del estío', quedando así su relación, que tanto prometía como han hecho creer sus protagonistas a lo largo de este tiempo, en un amor de verano.

 

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