Las penalidades de la ministra Garmendia: a las broncas con Sebastián se suman el parón de Bolonia y los ‘masters piratas’
La titular de Ciencia, Innovación y Tecnología, por una cosa o por otra, no acaba de disfrutar con su nuevo cargo, a pesar de tratarse, en principio, de un ministerio brillante y con proyección mediática.
Los primeros disgustos los ha tenido con quien fuera su principal mentor a la hora del nombramiento, es decir, con el ministro de Industria, Miguel Sebastián, a cuenta de quién representa a España en distintas instancias tecnológicas internacionales. Cristina Garmendia le hizo frente con fuerza y, al final, no ha salido derrotada.
Le cuentan a El Chivato que hay otros sinsabores. Y no es el más pequeño el hecho de ver que, con la excusa de la crisis, le han recortado los presupuestos para el año próximo.
Otro es el ‘parón’ que afecta a la implantación del Plan Bolonia. La nueva ley de acceso a las Universidades, que se integra en el marco de la educación superior europea, está sufriendo retrasos indeseados e imprevistos, debido a enfermedades de algunos de los encargados de su redacción, uno de ellos un significado “mano derecha” de la ministra.
Otro problema tiene que ver con la preocupación que existe en el Consejo de Universidades (ahora dependiente de Ciencia, Innovación y Tecnología) y en la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) por la proliferación de enseñanzas de tercer grado o “masters” que han sido aprobados sólo por las Comunidades Autónomas, pero no por ANECA, que debería homologarlos.
A ese respecto, se calcula que hay por lo menos 1.500 poseedores de esos ‘masters’ con titulación no reconocida, considerado “piratas”.
