Tiempo de crisis, tiempo de valientes

Camino hacia casa por la calle. Las terrazas están llenas de personas que desafían a la crisis: sonríen, degustan a sorbitos cortos sus bebidas y dejan el hueso de la aceituna bien limpio.

Me llega un SMS de un amigo. Quedó sexto en la oposición. Aprobado sin plaza. “Jodimiento máximo”, dice. Con hijos, sin prestación por paro. No cogía el teléfono. Nos vimos a los dos días. “Ayer estuve llorando todo el día, pero hoy ya he decidido que todo eso es ya pasado, tengo en mente varios proyectos, voy a por ellos”. Con valentía.

En una conferencia Manuel Toharia, astrofísico y divulgador científico, nos explicaba que los neandertales quizá murieron porque no eran capaces de medir bien el peligro, no tenían miedo e iban más allá de sus posibilidades. Sin embargo el sapiens sapiens, que era más enclenque, sobrevivió porque el miedo le hacía ser más prudente. ¿Serán los de las terrazas y el de la oposición neandertales abocados a morir en la crisis por exceso de valentía?

Se publicó la semana pasada un trabajo de Investigadores del Albert Einstein College of Medicine y de la Universidad Yeshiva (EE.UU.) que observaron que algunos rasgos de la personalidad como extroversión, tolerancia, optimismo y compromiso con actividades que ayudan a los demás pueden ser parte de una mayor longevidad. Parece que el sapiens sapiens ha desarrollado su fortaleza de otra manera.

La crisis lleva a ser valiente incluso para recuperar el dinero de unas medicinas que se compraron sin las recetas de la seguridad social. Así hizo un amigo con optimismo y mano izquierda que, junto con las medicinas, le harán vivir muchos años.

Usted no me puede hacer eso. Llevo una mañana…” Cuando la farmacéutica vio entrar de nuevo al tipo de la heparina pensaba que era una broma. Todo empezó 10 minutos antes. Ella estaba ya bastante cansada y tensa por todas las personas y líos que había atendido. Varios errores le estaban poniendo al límite de su resistencia y la jefa le miraba de reojillo. Entró aquel señor con sus muletas y algunas bolsas en las manos:

- “Hola, hace unos días compraron unas medicinas para mí y me gustaría recuperar el dinero, traigo aquí las recetas verdes”.

· “Muy bien, déjeme el tique”.

- “No lo tengo, pero le puedo decir el día y la hora cuando las compraron

 

· “Ya, pero si no tiene la factura no puedo hacerlo…

- “Sí ya, si no tiene usted ninguna obligación, sólo se lo pido…es que quien me las compró está ahora mismo fuera de España y…

· “¿Y cómo sé yo que son de aquí?

- “Bueno, me acuerdo que fueron 58 euros con algo y que lo compraron el viernes pasado en torno a las siete de la tarde. No le puedo decir los céntimos, pero…

· “Sí, aquí sale esa compra… heparina… 58,87 fueron. Bueno, se lo voy a devolver, pero no debería, en fin, total…”.

Le devolvió más de 50 euros. Él se lo agradeció y se marchó, pero a los diez minutos volvió a aparecer. Fue cuando ella le dijo: “Usted no me puede hacer eso”. Pero él le contestó: “usted hizo algo que no tenía obligación de hacer y ahora yo me permito hacer algo que tampoco tengo obligación de hacer”. Y le dejó en el mostrador una caja de bombones.

Los dos se atrevieron y los dos ganaron. Valientes en tiempos de crisis. Como los protagonistas de la película “Tiempo de valientes” que afrontan sus crisis personales con valentía y salen victoriosos, con heridas por supuesto, pero renovados.

No olvides que “el futuro ha de venir en primavera” ¿Te atreves?

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