Periodistas digitales en agosto

Es bien conocido que agosto resulta un mes problemático para encontrar noticias que publicar: la actividad política se paraliza durante semanas, las empresas están a medio gas o de vacaciones, el personal ha desconectado y se ha ido a la playa...

Afortunadamente, al menos hasta hoy, ese problema apenas se nota en El Confidencial Digital, que, igual que en años anteriores, consigue mantener el tipo con bastante dignidad. Ahí están las portadas y las noticias publicadas estos días, muchas de ellas ‘rebotadas’ (como suele decirse) por otros medios, precisamente debido a la sequía informativa a que me he referido.

Pero, dentro de esa línea de ‘inspirarse’ en la competencia, me parece bastante incongruente el comportamiento de algún que otro colega, integrado por gentes que se denominan periodistas digitales, que, por un lado, se hacen eco de una información de ECD, para a continuación ponerla en berlina y tratar de desacreditarla.

Un ejemplo concreto. El Confidencial Digital ha publicado que el presidente del Gobierno ha solicitado a su equipo que le prepare una lista de dirigentes y militantes del PP limpios de corrupción. El medio citado, integrado, como digo, por periodistas digitales, se ha hecho eco de la información de una manera un poco chapucera.

Con el título “¿Es esta la lista negra que ha hecho Mariano Rajoy para las europeas?”, recoge en todo su contenido la noticia de ECD, citando por supuesto; pero con este párrafo inicial: “A nosotros nos huele a especulación periodística, alimentada al alimón por el sentido común y los calores veraniegos, pero circula por la red”.

No parece muy congruente, por su parte, poner en entredicho una información (por cierto, con el único argumento del olfato, o sea, sin fuentes ni trabajo periodístico alguno), para a continuación repetirla en su práctica integridad. O comprueban que es una especulación, y entonces no hay que publicar nada, o la recogen sin añadidos que la pongan en duda. Una cosa o la otra, pero no las dos.

En fin, que no se sabe si atribuir ese comportamiento a la mala voluntad, a la envidia, o simplemente a la mera incompetencia.