A quién quieren engañar las encuestas

Las encuestas constituyen, en principio, un magnífico instrumento informativo, que además proporcionan buenos titulares e incluso portadas a los periódicos. Con tal de que estén bien hechas, claro. Porque a veces resulta complicado no poner en duda la credibilidad de algunos sondeos que se publican.

Sin ir muy lejos, este fin de semana asistíamos a la difusión de sendas encuestas, en dos de los principales diarios nacionales, con resultados tan diversos que abonarían la desconfianza, cuando no la sospecha. En resumen, uno de ellos afirmaba que el Partido Popular saca una ventaja de diez puntos al PSOE en intención de voto, mientras que el periódico rival anunciaba que esa ventaja es de dos puntos.

No parece un simple asunto de matices, porque la distancia entre diez y dos puntos es muy relevante, creo yo. Lo cual debería llevar a la conclusión de que al menos uno de esos sondeos no refleja la realidad. O sea que uno de ellos no es nada creíble.

La perplejidad ante esos trabajos demoscópicos aumenta si se analiza la encuesta que dio a conocer el lunes otro de esos periódicos, ésta sobre la valoración de la monarquía.

Concretamente dos de los resultados resultan aparentemente incompatibles. Por un lado, concluía que un 55% de los ciudadanos desean que don Juan Carlos abdique en su hijo el príncipe. Y al mismo tiempo, según la encuesta, el 82,5% opina que el rey debe intentar recuperar el prestigio perdido por la monarquía (aunque un 55% frente a un 31 cree que no será capaz de hacerlo). Además, un 72% dice que debería impulsar un pacto anticrisis y la reforma constitucional. Ambas cosas son incompatibles: si abdica, no se le puede demandar que se dedique a recuperar ni a impulsar nada.

Dice también el sondeo que para un 46% la gestión de don Juan Carlos ha sido buena o muy buena. Asimismo, un 89% cree que, en el caso de la no imputación de la infanta Cristina, no se está cumpliendo el principio de que la Justicia es igual para todos. Ganas darían de preguntar cuántos españoles se han leído, aunque sea por encima, el auto del juez Castro, el recurso del fiscal y la sentencia de la Audiencia de Palma, para tener una opinión fundada.

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