¿Tontuna o perspicacia?

Es momento de serenidad, ideas claras y determinación. Todos los ciudadanos, también los que, aunque de muy jóvenes, sufrimos los últimos coletazos del franquismo, tenemos toda la razón para “poner pie en pared”, como diría Juan Carlos Girauta, frente al socialcomunismo que gobierna difundiendo un tipo específico de doctrina y pensamiento único para todos, machacando al discrepante.

No les parece que cada vez más españoles ven gravísima la actuación política de Pedro Sánchez y adláteres y que eso en cualquier lugar con tradición de rendición de cuentas provocaría la caída de gobiernos y la expulsión de la vida pública.

Sí, desde el gobierno de Pedro Sánchez quieren el control total y eliminar cualquier otra forma de influencia en los ciudadanos. Es un modo autoritario de quitar libertad a la gente, incluso “coordinando” todos los aspectos de las relaciones sociales y el comercio, lo mismo que históricamente se sabe que ha ocurrido en los países donde se inició una dictadura, fascista o comunista.

Quienes destrozan, sin inmutarse, nuestro Estado de derecho, rompen sus costuras y lo desmantelan de continuo, merecen que levantemos la voz, también los que votaron socialista, pues, ahora sí, se saben estafados y ven que en el PSOE tiene más influencia Rufián que Felipe González.

Sí, desgraciadamente, Sánchez va a saco. Primero fue el indulto a los golpistas, ahora se carga el delito de sedición y reforma la malversación, todo a conveniencia exclusiva de quienes fueron legalmente condenados.

Y, encima, quiere someter a sus órdenes al Consejo General del Poder Judicial y al Tribunal Constitucional, cambiando la ley. Es una barbaridad que el poder ejecutivo, por voz de Patxi López, vaya pegando toques de atención a los jueces, diciéndoles por dónde tienen que ir sus actuaciones.

Los “barones” socialistas deberían dejar negro sobre blanco su rechazo al liberticidio sanchista para poder ser barrera defensiva constitucionalista y democrática; piensen que este presidente de gobierno ya ha demostrado que no le importa perder alcaldías o gobiernos regionales mientras, haga lo que haga, lo sigan votando a él en las generales.

El ejercicio de la política necesita unas ciertas aptitudes, personas con una capacidad mínima de reflexión, proactividad, conocimiento, perspicacia... Y, sobre todo, personas que luchen honradamente por el bien común.

Por otra parte, pienso que nos falta en este siglo XXI un mayor amor a lo épico. Parafraseando al gran Jorge Luis Borges, una épica que nos inspire, que nos lleve a dar felicidad mediante nuestra tarea cotidiana. Y, ya vemos que, como ahora, en muchas ocasiones deberemos ir a contracorriente. Pero España merece esa épica, habrá valido la pena.

 
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