“ZapaSánchez” o el fin del sanchismo

Varias ministras y Pedro Sánchez en la presentación del programa del PSOE.
Nadia Calviño (en el centro), con otras ministras y Pedro Sánchez en la presentación del programa del PSOE.

Se acabó el esperado primer “round electoral” político-televisivo. El donostiarra Iván Redondo Bacaicoa se debate ahora entre darle suelta a su jefe, a riesgo de que diga demasiadas tonterías que desanimarían al socialista sensato, o pedirle con energía que evite ocurrencias y malabarismos, que se ponga de perfil, que aguante el chaparrón pues tal vez nadie se entere de su talante torpe.

Iván Redondo es un buen asesor político. Ahora, con Pedro Sánchez, es Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno de España. Iván Redondo no se debe creer lo que le está pasando con el candidato Sánchez-Castejón; es que los datos ciertos que muestran los adversarios políticos superan las artes de encantamiento y la gélida resiliencia de un candidato socialista que debería tener muy bien puestos los pies en el suelo y más claras las prioridades. Por ejemplo: unir cuanto más mejor a los españoles constitucionalistas, frente a acometidas a nuestro Estado de Derecho; evitar que nadie desprecie nuestra convivencia pacífica y en libertad; huir del despilfarro de nuestros impuestos… Y es que todo ello son“hipotecas” insufribles e injustas que no debemos dejar a nuestros hijos.

¿Para cuándo, Sr. Sánchez, conseguir empleo con mayúsculas, sostenible y no siempre a costa del erario? Parece que las personas hayamos dejado de pensar, ahora solo sentimos. Lo de una economía eficiente, al servicio de la prosperidad del país, parece algo mágico que deba llover del cielo. Pues, ¡se acabaron las egoístas verdades a medias! Aunque siempre habrá electores “no politizados”, que no leen los programas, más fáciles de seducir a través de las emociones que con argumentos racionales, cuando vemos que lo que está en juego es el mismo ser de una nación como conjunto de hombres libres e iguales, se cambian las tornas y surge un ¡no!, potente, íntimo, desde la raíz de cada ciudadano.

Pienso que es imprescindible recuperar la sindéresis de tantos votantes apolíticos, y de los que se abstienen, demasiadas veces con motivo. Ahora, como nunca, todos tenemos la responsabilidad del protagonismo inteligente en la tarea de liderar un cambio de rumbo, eso nos llenará de esperanza democrática y de autoestima ciudadana.

La medicina para superar los males de nuestra reciente vida política podrá ser amarga, pero el “paciente” la necesita para seguir vivo. ¿De qué hablo?, toda España lo sabe, y mis amigos y amigas socialistas tienen una gran oportunidad. El Sr. Sánchez Castejón parece que ocultó su plan para Cataluña, pero el plan lo explicó el Sr. Iceta: indultos para los golpistas e independencia; o sea, ruptura con España.

En Cataluña, hay un claro déficit democrático desde hace demasiado tiempo y con Sánchez cuatro años en La Moncloa, una crisis de convivencia y confianza puede estallar. Más aún si necesita apoyo de chavistas, golpistas o pro-etarras, ya que entonces se produciría un cambio de régimen. Además, es la prueba del algodón, con la Educación en manos de los separatistas el horizonte que insinuaba la Sra. Meritxell Batet llevaría a legalizar la ruptura a poco tardar. ¿Amigos del PSOE, vamos a permitir que gobiernen en España gentes que odian a nuestro país? Pues el voto es libre y secreto y la calidad democrática se fortalece al ir contracorriente, incluso en aguas propias, por un bien mayor.

En todo caso, suerte a todos, si gana la izquierda sabemos que, aun con disgusto, los de derechas respetarán el resultado electoral, aunque Pedro Sánchez, queriendo o sin querer, podría ser capaz de llevarnos a la ruina, con sus socios independentistas, comunistas y batasunos, aplaudiendo.

¡Pero, atentos, si ganan los constitucionalistas, muchos energúmenos sectarios, intolerantes y paniaguados querrán salir a incendiar la calle, a destrozar escaparates y lo que encuentren a su paso!

Como buen asesor, el Sr. Iván Redondo esperemos que avise a su jefe de la necesidad de que deje paso a quienes mejor defiendan, con una determinada determinación, el Estado de Derecho, con votos constitucionalistas que llenarán las urnas, limpios de chantaje. Es lo mejor también para una digna supervivencia del PSOE en toda España, necesaria para consensos básicos y duraderos en temas de empleo, educación, solidaridad autonómica, servicios sociales y de salud, seguridad, inmigración, etcétera.

 

Ya nadie se llama a engaño, las elecciones del próximo domingo día 28 van de esto, ¿no les parece?

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