Caen borradores, falsificaciones, desmentidos y soledades como chuzos de punta y, comparando, el Gordon es un simple chubasco

No sé si el Partido Popular se siente cómodo en esa soledad a la que le tienen condenado el resto de los partidos del “arco parlamentario” pero no vendría mal que algún político repasara las estrofas de Lope: De cuantas cosas me cansan fácilmente me defiendo; pero no puedo guardarme de los peligros de un necio. Dicho sea sin señalar.   Hay muchas estrategias políticas y casi todas son válidas pero esto de las fotos en las que “tú no te pongas” y eso de “tú no juegas y los penaltis los tiro yo porque el balón es mío y el campo de mi padre” se acerca mucho a la necedad.   La necedad en política se acaba pagando, a veces, más que la corrupción. Como ha dicho Duran i Lleida: “La foto no era necesaria”. ¿Y la soledad sí? La foto pudo ser una satisfacción personal, una especie de “gustirrinín” para López Garrido pero el fondo es lo que importa, y el fondo es ni más ni menos que -ideologías y batallas políticas aparte- se margina, o se quiere marginar de la vida parlamentaria, al segundo partido –en según qué parámetros el primero- de la sociedad española.   Con la que está cayendo –y no precisamente el Gordon-: los problemas económicos, que los hay; los cayucos, que siguen llegando; las relaciones internacionales –en Finlandia se nos ha oscurecido hasta el sol de medianoche-, que se nos van de las manos; el terrorismo en Euskadi; Cataluña desquiciada con E´too en una academia de catalán en vez de en el Camp Nou y, además, sin la sombra benefactora de Rodríguez Ibarra, a la clase política sólo se le ocurre jugar al “tú no juegas”.   Es el propio Congreso de los Diputados el que se está quedando sin la compañía de la sociedad española. El divorcio entre la sociedad civil y la clase política es cada vez más evidente y las jóvenes generaciones no quieren saber nada de debates, de elecciones y de cabildeos de pasillo.   Y, para “desengrasar”, va ETA y comienza a sacar –como el que no quiere la cosa- una especie de lista de agravios y los centra en que se están pasando los plazos ¿Qué plazos, señor Presidente del Gobierno? Y habla de legalizaciones. ¿Qué legalizaciones, señor Presidente del Gobierno? Y habla de negociaciones. ¿Qué negociaciones, señor Presidente del Gobierno?   Entre las “soledades” del Partido Popular y los silencios del Partido Socialista; entre batallas mediáticas, borradores, falsificaciones, informes, productos químicos, polvos de ácido bórico, lodos de firmas periciales y segundas partes del “pacto del Tinell” la vida política española se nos está quedando hecha unos zorros y gobernar, lo que se dice gobernar, se gobierna más bien poco.   Menos mal que son los propios musulmanes extremistas los que están dando la razón al pensador medieval citado por el Papa y, a la vista de los “razonamientos” de estos “amantes de la paz”, hasta Rodríguez Zapatero ha salido a defender a Benedicto XVI. ¡Qué cosas!   De todas formas hay silencios demasiados sonoros en la vida española. Gente que calla, que esconde, que no explica, que no replica y que hablando calla, que es lo que hizo Rubalcaba en la sesión parlamentaria donde era interpelado sobre atentados. Y es que se puede hablar y hablar y hablar y al mismo tiempo callar y callar y callar.   Otros hablan y dicen cosas raras. Por ejemplo, el Secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, que dice que Canarias está saturada pero no colapsada; y explica, lenguaraz él, que hay colchonetas y literas individuales. Eso es lo importante: la individualidad del individuo, ¿me explico?   Y es que cuando algo es importante y trascendente lo es sin más, sin adjetivos y si no véase la pregunta que ha formulado en la Comisión de Control de RTVE la portavoz de Izquierda Unida, Isaura Navarro: ¿Es Carmen Martínez-Bordiú un referente social propio de una cadena pública con objetivos sociales y educativos además del entretenimiento? Ella sola, de un tirón, sin ayuda de nadie, lanza esa pregunta que es un torpedo político de un calado sin precedentes. Un filón de mujer para Llamazares, algo así como el ciclón Gordon, pero en secarral.   Y es que se empieza preguntando por las bailes de la nieta de Franco y se acaba cambiando el nombre a la estación de Abando de Bilbao, que ahora se llamará de Indalecio Prieto y, quién sabe, si mañana será estación de Lamikiz o de Javier Clemente. El caso es no estarse quietos.   Ya estamos llegando a la cima de los despropósitos, y Julián Muñoz es el español más popular según una encuesta de Gallup. ¿No será sólo un borrador de encuesta?

 
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