Escuchar música

Ahora, con esto de las tecnologías (lo de nuevas suena a broma al cabo de los años) hay mil formas y maneras  de escuchar música y otros mil sitios en los que escucharlas.

Pero donde de verdad de la buena se tiene la completa seguridad de escuchar música, por tiempo ilimitado, de forma continuada aunque -todo hay que decirlo- monótona y hasta monocorde, es llamando a uno de esos teléfonos de organismos públicos o de grandes empresas, en los que  informan de todo y en los que se puede hacer cualquier tipo de gestión por teléfono.

Es ahí donde se pueden consumir minutos y minutos musicales.

Ha llamado usted a… Como diría el gran Gila, ya lo sé, si he llamado yo. Música. Al cabo de un buen rato se presenta el gran abanico de posibilidades y la duda metódica de marcar un número, u otro, en función de la gestión de que se trate. Opción marcada y otro rato, amplio, inacabable, desesperante, de música. En el mejor de los casos otra retahíla de números y vuelta a empezar.

Y llega el gran consuelo: le va a atender uno de nuestros operadores. Otro rato de música, amplio, inacabable desesperante. Y un final que –no por esperado- deja de echar por tierra todas  nuestras esperanzas…en estos momentos no podemos atenderle, llame unos minutos más tarde.

Informa ELCONFIDENCIALDIGITAL del colapso que sufren las líneas de la Dirección General de Tráfico. Pues no importa demasiado. Se puede escuchar música de otras mil maneras.

Además, como dijo aquel, no hay mal que por bien no venga.

 
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