Neutralidad

En el Partido Socialista de Madrid, puñaladas aparte, de lo que más se habla es de neutralidad. Todos tienen que ser neutrales en el proceso de elecciones primarias en el que están inmersos contra la voluntad de Rodríguez Zapatero y porque así lo ha querido Tomás Gómez. No se sabe muy bien qué cosa es ser neutrales, pero hay que ser neutrales, por encima de todo, entre Tomás Gómez y Trinidad Jiménez.

Si habrá que ser neutrales que hasta Leire Pajín ha enviado una circular a los y las militantes madrileños explicándoles lo de la neutralidad. Lo que pasa es que, con independencia de la redacción de la citada circular, más bien farragosa y plagada de párrafos que vienen a decir lo mismo y, por supuesto aquello de las y los militantes y las candidatas y candidatos y las y los votantes etc etc, lo que explicita es que tienen que estar en el punto medio y no decantarse por ninguno de los candidatos ni candidatas. Se supone, eso sí, que a la hora de las votaciones habrá que decidir, pero mientras tanto, ni mu.

Pero la incógnita es saber si lo de la neutralidad se predica solamente para los y las militantes, porque por lo que se refiere a los y las dirigentes y a los y las miembros del Gobierno y de las distintas ejecutivas y quienes ocupan cargos, lo de la neutralidad no está tan claro.

A estas alturas, hablar de neutralidad cuando el mismo presidente del gobierno y secretario general del partido ha hecho pública confesión de fe en dos de los y las candidatos y candidatas, cuando todo el aparato de La Moncloa está volcado en uno de las y los aspirantes y cuando desde la mismísima sede de Ferraz se lanzan continuos guiños en favor de uno de los y las pretendientes, lo de la neutralidad no suena demasiado sincero, incluida la circular de Leire Pajín

Además, cuando los partidos son tan dedocráticos como los que tenemos en España y, por eso mismo, las primarias son aquellas de las del ‘según y cómo’ pues a uno la parece que hablar de neutralidad suena chusco.

Háganse primarias si se decide hacerlas. Incluso háganse en unos sitios y en otros no, pero no den la vara a los y las militantes con lo de la neutralidad.

Más que nada porque parece una broma y no estamos para bromas aunque la circular la firme Leire Pajín.