La Semana: Los políticos emigran dejando abiertas muchas incógnitas, Estatuto catalán y renovación del PP incluidos

Sus Señorías han emigrado. Que nadie se asuste, ni que nadie se haga ilusiones. Simplemente se han ido al Senado porque don Manuel Marín ha puesto el Congreso "patas arriba". Van a tener ordenadores en el escaño y hasta sillones de diseño, que todo es poco para los padres de la Patria que ya están de vacaciones después de haber solucionado -es un decir- lo de los fuegos.

La Semana comenzó con la visita de Rodríguez Zapatero a Guadalajara. Fotos, más o menos "veladas" y alcaldes más o menos convencidos de que ya se solucionarán las cosas. Durante unos días hubo amenazas de comisión -que ya se sabe lo que da de sí una comisión- y había verdadera inquietud. Pero parece que todo se reducirá a reuniones con los alcaldes de la zona afectada lo cuál tranquiliza mucho.

También la semana se metió en guerra. No de don Alfonso que ya dará su guerra particular en septiembre, desde la Presidencia de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados. Las guerras son las del Rif y la del Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial que hasta la numera. Estamos en plena Tercera Guerra Mundial. El tema es serio y da qué pensar.

La que no es seria es la guerra de don Joan Tardá -Bigote Arrocet, sector renovado- y la de sus compañeros de la Esquerra Republicana de Cataluña que ahora quieren que pidamos perdón por lo de Marruecos. Una risa. El problema es que ellos lo dicen muy serios. Casi tan serios como el genial Gila cuando cogía el teléfono y llamaba al enemigo: "¿está el enemigo?, que se ponga que ha dicho don Joan Tardá que le pidamos perdón.

Semana de ambigüedades y follones. Nuestros políticos se van de vacaciones sin aclarar nada. Ni el Estatut, que Maragall está en un ¡ay! por los arrumacos que se hacen Esquerra y Convergencia. Ni Pérez Touriño que ya ha tomado buena nota de que para don Anxo Quintana el Estatuto de Galicia es importantísimo y que de mirar para otro lado, nada.

Ambigüedad en Génova dónde se desconoce qué va a pasar en septiembre porque no se sabe qué es lo que se le pasa por la cabeza a don Mariano Rajoy con eso de que quiere dar un  nuevo impulso a la oposición, y los señores Zaplana y Acebes se preguntan hacia dónde les llevará el impulso y en qué lugar de su anatomía les pueden dar ese impulso. Son cosas de la oposición.

Y ambigüedad en Ferraz o porque no saben qué se van a encontrar en septiembre ni qué concesiones habrá hecho Rodríguez Zapatero a las autonomías con historia o sin ella

Y caos ambiguo o -nunca se sabe- ambigüedad caótica en la Dirección General de Tráfico. Don Pere, el Director General de Atascos Varios, dice que no quiere quitar carnets, pero que no va a tener más remedio debido al exceso de velocidad. Después de lo del pasado fin de semana, cuando habla de exceso de velocidad es como si se pitorreara del personal.

Se dice que el Ministerio de doña Carmen Calvo manipula las cifras del cine español y es que a lo mejor hay películas de menos de treinta metros cuadrados, como los pisos de su colega de Vivienda, y claro o eso se infla o es un poco pobre.

 

Rodríguez Zapatero en Londres. Las brumas le han inspirado y ya no tiene tan claro que la guerra de Irak sea la culpable del terrorismo internacional. Y es que una sonrisa ante Blair vale un imperio, Gibraltar incluido.

Pero al llegar de Londres un disgusto para el Presidente: don Francisco Fernández Marugán, diputado del PSOE por Badajoz, saca los pies del tiesto. Y se puede incluso pensar en que la sombra de Rodríguez Ibarra es demasiado alargada.

Termina la semana con un Consejo de Ministros "escoba" que aprovecha para meter de matute o de "montilla"  leyes que tienen algo que decir en el mundo de la comunicación audiovisual.

Visión de futuro se llama esa figura.

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