Por la boca… Carmona dentro por el calor

Como las merluzas que se exponían antiguamente en los escaparates de restaurantes, figones y casas de comidas el concejal socialista está dentro, se supone, que por el calor.

Antonio Miguel Carmona es un espectador privilegiado de las “alcaldadas” de Manuela Carmena. Él mismo se aseguró un puesto de privilegio en la mejor localidad para presenciar el espectáculo que, hora tras hora y día tras día, ofrece a los madrileños la juez devenida en alcaldesa.

Dijo Carmona que entregaba la alcaldía a Carmena pero que estaría en permanente vigilancia, que denunciaría cualquier cosa mal hecha y que nunca sería reo ni cómplice de algo con lo que no estuviera de acuerdo. Será por las vacaciones, por el calor o por pura inercia pero Carmona no ejerce de oposición y a la vista de sus promesas y de su actuación, cabría pensar que está de acuerdo con el “twiteo” en la corporación madrileña, con el concejal de la cosa económica, con las fiestas de San Isidro y del orgullo gay, con la tasa del turismo, con el “impuesto” para los cajeros callejeros, con las madres limpiadoras, con el sobrino de la alcaldesa y con la portavoz aficionada al topless.

Un papelón el de Carmona. Es de suponer que un socialista de pro, como él, no está ganando para sofocos y lo peor es que, como no quiso entrar en el gobierno del Ayuntamiento, igual no le dejan usar la web de las aclaraciones y desmentidos varios.

Habrá que pensar que, dado el afán de facilitar la gobernabilidad de municipios y autonomías del que ha hecho gala Pedro Sánchez, no le esté permitido a Carmona mostrarse beligerante con las “alcaldadas” de la alcaldesa para que sus vergüenzas no queden demasiado al aire.

Lo de tapar las vergüenzas, al menos hasta las elecciones generales, sería una buena justificación. Buena, pero sonrojante.

 
Comentarios