Por la boca… Partidos e ideologías

Una de las características más acusadas de los partidos políticos en España, es su falta de ideología. Lo que debería ser la columna vertebral de una formación que aspira a obtener el poder y a ejercerlo dentro de unos planteamientos que vienen dados por unas ideas que, a su vez, son perfectamente conocidas por los electores y que les sirve para valorar las distintas formas de estructurar la sociedad, desaparece en aras de un pragmatismo electoral movido a golpe de encuesta.

Normalmente esas ideologías se sitúan en la derecha o en la izquierda -según un lenguaje más o menos admitido- o se inclinan por un planteamiento más ecléctico que fluctúa en uno u otro sentido y que, según en qué momentos, actúa de partido bisagra; pero incluso esa ideología que podríamos denominar más polivalente, también debería tener unos principios básicos.

En nuestro país los partidos han abandonado las ideologías propiamente dichas y se alinean en denominaciones etéreas entre derechas e izquierdas, más convencionales que otra cosa y que han sido etiquetadas -o se han etiquetado a sí mismas- como retrógradas o progres. Y, como las fugas ideológicas para huir de esas etiquetas, que no suenan bien, pasan necesariamente por las renuncias a ciertas ideas fundamentales, las ideologías se diluyen hasta desaparecer.

El Partido Popular -antaño derecha conservadora- a base de huir de la derecha y del conservadurismo, ha perdido la débil ideología que siempre tuvo y ahora se debate entre el miedo a ser calificado de retrógrado y sus propias contradicciones internas. Unas contradicciones que se han ido tapando en base a unos supuestos éxitos económicos -que no han calado en la sociedad- y cuya inexistente gestión política, le está llevando, según las encuestas, a una posible ruina electoral.

Las izquierdas, por su parte, siempre han tenido una ideología más definida, pero desde el Partido Socialista de Felipe González, con un socialismo perfectamente reconocible, al actual de Pedro Sánchez inmerso en un desbarajuste interno más que notable -dando bandazos de un lado para otro, de un líder a otro líder- se ha perdido toda referencia ideológica por más que se agarren al clavo ardiendo del progreso y de la preocupación social.

Podemos -comunismo de extrema izquierda- ha convertido el marxismo en una persecución destructora de las estructuras del poder, en un afán vengativo frente a la derecha y en un intento permanente de destrucción del sistema.

Por su parte Ciudadanos -al que las encuestas del momento otorgan la victoria electoral- es el ejemplo más evidente de la falta de ideología, del puro pragmatismo político y de la acomodación absoluta a las circunstancias de cada ocasión.

Cuando la sociedad española necesita reformas profundas en la estructuración del Estado, en educación, en seguridad social, en fiscalidad o en el sistema financiero, en legislación laboral y en el rearme moral de la sociedad, la falta de amarre ideológico en los partidos no deja de ser preocupante.

 
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato