Por la boca… Luís Enrique I “El desabrido”

Luis Enrique, entrenador del PSG.
Luis Enrique principal responsable de la eliminación de España en Octavos. Marruecos es un equipo muy inferior y su planteamiento llevo a España a la eliminación

El logro más importante del ex seleccionador, ha sido, desde que llegó al cargo, conseguir que muchos españoles desearan las derrotas del equipo, precisamente para que él se fastidiara.

Una característica importante del puesto de seleccionador nacional de fútbol, es concitar a su alrededor toda clase de críticas y de opiniones sobre las opciones del que decide. Los jugadores elegidos, los puestos asignados a cada uno y la táctica a seguir en cada partido, son universalmente discutidos con mayor o menor vehemencia. Eso de que en España hay 30 millones de seleccionadores es exagerado en cuanto a la cifra, porque el fútbol no interesa a tantos, pero es muy cierto en cuanto al significado de la frase.

Por tanto uno de los objetivos de cualquier seleccionador debería ser concitar el mayor número de simpatías en torno a su gestión y favorecer el buen ambiente entre los jugadores y proporcionarles una cierta tranquilidad.

Luís Enrique desde que llegó no solamente no lo ha hecho, sino que parece recrearse en todo lo contrario. Desabrido, desafiante, chulesco, haciendo gala de un absolutismo impropio de quien depende de que entre o no entre el balón, y dando a sus decisiones la vitola de auténticos dogmas de fe. 

El logro más importante del ex seleccionador, ha sido, desde que llegó al cargo, conseguir que muchos españoles desearan las derrotas del equipo, precisamente para que él se fastidiara.

Por eso cuando el fracaso se consuma, la situación se convierte en insostenible y o se va o le echan, que eso nunca lo sabremos a ciencia cierta a pesar del “informe Molina”.

Pretender que los veintitantos jugadores elegidos, son los únicos preparados para ir a un mundial, es cuando menos pretencioso. Empecinarse en un sistema de fútbol que consiste básicamente en no perder el balón, sin el menor interés por la portería contraria, está fuera de toda lógica. Basar el eje del equipo en dos jugadores más propios de la Sub 21 con 18 y 20 años, y en un veterano de 34, por muy buenos futbolistas que sean, es absurdo y muy arriesgado y llevar jugadores que apenas son alineados en sus clubes dejando fuera a quienes tienen más que acreditada su categoría y su forma en plena competición de Liga, es una llamada al suicidio que se consumó contra Marruecos después del espejismo de la pachanga contra Costa Rica.

Ahora Luís Enrique fichará por algún club de campañillas en el que seguirá siendo el mismo soberbio y desbrido de siempre. Y si las circunstancias le llevan a un año sabático (habitual recurso de quienes no han encontrado acomodo) todavía tendremos que sufrirle.

La carcajada: Dice Iglesias a propósito de una narración futbolística: “Si hubiera decencia en R.TV.E, el señor que ha dicho “los marroquíes roban y salen corriendo”,  no debería volver a trabajar en la tv pública”.

 
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