Por la boca…La otra mejilla de Feijóo

El mayor perjuicio que Vox está causando al Partido Popular, no es la colecta de votos en parecidos ámbitos, ni siquiera la fragmentación que está suponiendo a la derecha. El mayor daño, es el continuo intento de los dirigentes populares por distanciarse de la formación de Abascal.

En política, poner la otra mejilla, casi nunca es aconsejable incluso aunque de las claudicaciones se pudieran derivar algunas ganancias.

Insiste Núñez Feijóo en sus planteamientos económicos, y en sus atenciones únicas a los problemas derivados de la caótica gestión económica de Sánchez, como guía y norte de su acción política y como camino seguro para llegar a La Moncloa.

Pero la realidad es tozuda y cada poco aparecen propuestas -o por mejor decir, Sánchez coloca al Partido Popular en situaciones- en las que las decisiones van más allá de lo económico y han de basarse en planteamientos ideológicos de los que, por el momento, Feijóo no hace gala.

El mayor perjuicio que Vox está causando al Partido Popular, no es la potencial colecta de votos en parecidos ámbitos, ni siquiera la absurda fragmentación que, en mayor o menor medida, está suponiendo a la derecha; el mayor daño es el continuo intento de los dirigentes populares por distanciarse de la formación de Abascal, sus declaraciones timoratas en temas muy sensibles y su excesivo cuidado en “no parecer… no sea que…”

No se trata de asumir sin más, ideologías trasnochadas del S.XIX. No es menester asumir socialismos a lo Largo Caballero o conservadurismos a lo Maura, que ya no tienen razón de ser (la única ideología que se mantiene intacta es el leninismo de Podemos), pero no estarían de más unas pinceladas, por leves que fueran, que marcaran unos principios.

Una oposición que se encuentra con una retahíla de leyes que transforman de raíz vivencias y creencias de los ciudadanos y que llevan a la sociedad española a un enfrentamiento, precisamente ideológico, permanente y cada vez más enconado, debería atender más a esa vertiente de su quehacer y refugiarse menos en socorridos galleguismos para vivaquear en la ambigüedad y flotar en una niebla continua.

Tan pronto se critican acciones de Sánchez y se reclama información que nunca llega o se denuncian insultos que menudean en cada intervención desde La Moncloa, como se promete ayuda, cuasi incondicional, en eso que se ha dado en llamar políticas de país y que no son más que el truco empleado por Sánchez para cuando sus socios de coalición le dejan con las vergüenzas al aire.

Hay asuntos en los que para decidir se necesita un sedimento ideológico y eso es lo que echan en falta muchos votantes y simpatizantes de los populares que vieron con esperanza la llegada de Feijóo.

 

El problema es que llegará un momento que los votantes del Partido Popular no van a saber si la mejilla es la izquierda o la derecha.

La carcajada: Dice Sánchez: “Dicen que estoy aquí por interés personal…lo que me mueve es un proyecto progresista que me trasciende a mí”

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