Por la boca… El “retorno asistido” de Sánchez

Y Sánchez inauguró nueva etapa, asistido, por las “muletas” de Von der Leyen y de Michel, que se vinieron a Torrejón a hacer lo que hacen en Bruselas, o sea nada, pero que quedaron muy bien en las fotos del paseo “a lo Biden” 


Tal y como lo dijo Marlaska, refiriéndose a “lo de Ceuta”, Sánchez ha retornado de sus vacaciones y lo ha hecho “asistido”.


Tanto los sustitutos de Redondo en Moncloa (valorados en 40 millones) como los medios afines, se empeñan en hacer creer a los españoles que estamos ante una nueva etapa, ante un nuevo curso político e incluso ante un nuevo Sánchez que ahora se va a dejar ver más (al parecer solamente ver, porque de preguntas y respuestas nada de nada) y que irá a todos los sitios, menos al Congreso…en consecuencia.


Y Sánchez inauguró esa nueva etapa, asistido, por las “muletas” de Von der Leyen y de Michel, que se vinieron a Torrejón a hacer lo que hacen en Bruselas, o sea nada, pero que quedaron muy bien en las fotos del paseo “a lo Biden” y en las alabanzas a la gestión española en Afganistán porque según Von der Leyen dijo, casi entre sollozos: “España es un ejemplo de lo que es el alma de Europa en su mejor expresión”…o sea.


También le asistían los ministros aunque más de lejos, por aquello del europeísmo y por las vacaciones y hasta por el trabajo que se toman algunos de ellos para ir colando ley tras ley, cargándose sector tras sector.


Otros políticos están engolfados (¿nunca mejor dicho?) en el precio de la gasolina y en los euros que hay que pagar por el aire acondicionado y en entender a Montero (la portavoz ex) y en descifrar a Ribera y en los itinerarios de la ley Celaá (o sea la ley Sánchez) y en la empresa nacional pública y en el paro juvenil y en las vacunas y en mantener a Simón y en no dejar a nadie atrás y en la vuelta a las aulas y en aguantar a Rufián y en el esperpento de Cataluña y en las justificaciones chuscas del anecdótico Baldoví -arrobado ante la efigie de Stalin en el ayuntamiento de Valencia- y en Belarra, Montero (la de igualdad) y Díaz jugando al juego de las sillas –no en el Gobierno, que esas ya las dejó colocadas Iglesias- sino en lo que queda de Podemos.


Y Sánchez desde Torrejón para el mundo entero, recitando aquello tan emotivo de: “Los últimos 20 años en Afganistán no han sido en balde”.
Pero a lo mejor lo que pasa es que las elecciones están más cerca.


 Y hay que cambiar de colchón. 


Pero todo sigue igual. Ni siquiera ha habido un antes y un después de las alpargatas de La Mareta.
La carcajada: Dice Alegría: “Tenemos que reducir los decibelios del debate educativo”.

 
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