Por la boca…El autor del gol
En muchas jornadas de la liga de fútbol, siempre hay un gol discutido. No discutido por si ha entrado o no el balón; no discutido por si el tanto ha sido legal o no; sino que la discusión viene por quién ha sido el autor del gol, si ha sido en propia meta o no, o si en el último segundo antes de entrar, tocó la pelota uno u otro jugador.
Con Tomás Gómez, el hombre del Partido Socialista en Madrid no ocurre eso. El gol siempre lo mete él, sea cual sea la jugada.
El gol actual es, según él, el triunfo de los huelguistas de la basura en Madrid. Se ufanaba de que ‘hemos’ doblado el brazo a las empresas, ‘hemos’ ganado, si ‘estamos’ unidos conseguiremos lo que nos propongamos.
Un plural mayestático digno de aquel apoderado de toreros que siempre decía aquello de hemos cortado dos orejas, para la semana siguiente afirmar que ‘a mí matador le ha dado el toro un cornalón de caballo’.
Pues Tomás Gómez es de esos apoderados que se apunta a un bombardeo, porque ya me dirán ustedes cuál ha sido su función y su actuación en esto de las basuras. Al menos que se sepa, no estaba en la negociación, al menos que se sepa no estaba entre los piquetes que esparcían el contenido de las bolsas, al menos que se sepa no tiene nada que ver con las empresas de los pretendidos despidos, al menos que sepa, no ha recogido basuras y al menos que sepa no se ‘pegó’ el madrugón de Ana Botella, ni se levantó a las tres de la mañana, ni saludó a operarios como si de un mitin electoral se tratara. ¿O sí?
Y es que Tomás Gómez está en todos los goles y participa en todas las jugadas. Claro que en algunas falla y apenas sale en la foto. Por ejemplo, en la última reunión del Partido Socialista en la que iba de derrocador y no salió de derrocado de pura casualidad.
Y peor es cuando se pone trascendente y arenga a las masas hablando de la derecha que chupa la sangre a los pobres y socorre a banqueros con el dinero de los pensionistas. Y es que a ciertas edades la incontinencia, verbal, se entiende, es muy traicionera.
Vamos, que ser jefe de prensa de Tomás Gómez, tiene que ser un trago.
