Una campaña con retrovisor, mientras las posibles ‘novias’, tras el 9 de marzo, se dejan querer

Parece que el objetivo del Partido Socialista –más que volver a gobernar- es que los populares no lleguen a La Moncloa. Es lo mismo que han estado haciendo durante toda la legislatura con aquello del ‘cordón sanitario’ y otras lindezas. Aspiraciones pobres y de corto alcance en quien pretende otros cuatro años de gobierno.

Y salen a la pista de baile las posibles novias para después del escrutinio del día 9. Supuesto que no habrá mayoría absoluta y que el partido ganador tendrá que llevar a cabo algún tipo de pacto para gobernar, las mocitas casaderas se ofrecen sin el menor pudor. Pero por ahora la actitud de estas ‘doñasleonores’ es más bien la de la jovencita tímida y ruborosa que no se quiere comprometer con nadie y además defiende su castidad política manteniendo las distancias.

Y mantiene las distancias Duran i Lleida que dice ‘no olvidaremos la actitud del PP contra Cataluña’. Aunque también dice –por si alguien se lo cree- que sería muy bueno un ministro económico catalán en el Gobierno de España. O sea.

Pero la verdad es que no parece que esté muy claro ese ‘contra Cataluña’ y, además, Pizarro se está metiendo, de hoz y coz, en el mundo empresarial catalán con lo que a lo mejor CIU tiene que mirar para otro lado a la hora de ofrecer su esbelto talle a alguna pareja de baile.

Y mantiene las distancias el PNV que, por boca de José Antonio Rubalkaba (no confundir, este es con K), dice que el PP ‘deberá reconocer el derecho a decidir del pueblo vasco’. Y dale la manía.

Y hasta Gaspar Llamazares mantiene las distancias con el PSOE y en cuanto puede critica las ofertas electorales de Zapatero.

Todos quieren distanciarse de todos para arañar el mayor número posible de votos y después Dios dirá. Aunque en el caso de Llamazares lo más probable es que Dios no diga nada y, si lo dice, Llamazares le mande callar.

Al que nadie va a callar es a ‘Gaspi’, que es el muñeco que se ha inventado el propio dirigente de Izquierda Unida para que sea su profeta en la tierra o su vicario en el mundo de los insultos electorales. Dice el mismo Gaspar Llamazares que ‘Gaspi tiene más mala leche’. Ese ‘más’ es muy traicionero porque supone que el interesado da por sentada su mala leche. Además el truco de ‘Gaspi’ es muy antiguo. Lo que yo no digo lo dice el muñeco. Pero no cuela. ¿Quién hablaba, Doña Rogelia o Mari Carmen?

Lo que tampoco cuela es eso de que la medida de los 400 euros es superprogresista. Claro que eso lo dice, no Doña Rogelia, sino la hipervicepresidenta y hasta el hiperministrodelacosasocial. Pero a la gente de la calle no le parece tan progresiva y aunque el hiperpresidente tuerza la boca para decir que ‘no hay un solo español que se deje comprar el voto’, la gente, en la calle, dice que sí, que haberlo haylo.

 

Todo el PNV estuvo en la ‘mani’ de Atuxa igual que fueron a la de Ibarretxe. Y es que el vestuario del PNV, con Urkullu, es una piña y hasta quieren que sea el Parlamento de Vitoria el que decida, por mayoría absoluta, si hay que ilegalizar o no hay que ilegalizar una formación política. De momento y, si cuela –que no parece que vaya a colar-, la formación que decidiría si hay que ilegalizar a una determinada formación, sería esa misma formación. ¿Han cogido el truco?

Seguimos en el aquelarre de promesas: ahora vamos a bajar el IVA de los preservativos y de las compresas, pero no de los pañales, que como dice mi admirado García Barbeito o preservativos o pañales, pero las dos cosas no parecen muy compatibles.

Hay que reconocer que el Gobierno está en lo verdaderamente importante, como es lo del Yemen y no en esas tonterías que se inventa Sarkozy en París y a las que no tiene la menor importancia que no nos inviten, mientras podamos regular el mercado de preservativos.

Y tras la ausencia del Gobierno de España -el de los anuncios- la presencia en la capital gala de Rajoy besándose con Angela Merkel y con Nicolás Sarkozy, que esperan ‘de todo corazón’ que gane las elecciones de Marzo. Pero tampoco hay que fiarse mucho. Son otras novias -aunque más ricas- que van a esperar a la noche electoral para ver con quien bailan.

Los que siguen sin bailar –ni siquiera ‘a lo suelto’- son Esperanza Aguirre y Alberto Ruíz Gallardón, que en una de estas van a llegar a las manos -políticamente hablando- y que tienen a Rajoy, según dicen en Génova, bastante cabreado. No tanto como Luís Aragonés, pero cabreado.

Ya se puede ver un nuevo vídeo –que igual quiere llenar el hueco que ha dejado ‘el tomate’- del Partido Socialista, esta vez en plan subliminal. Diciendo, pero sin mencionar, afirmando, pero sin señalar a nadie. Ahora va de gafes y es de esperar que tenga más éxito que el del perro de presa, porque de gafes, en La Moncloa, saben un montón.

Y como colofón de la semana, Ferraz arremete con virulencia contra el comunicado de la Conferencia Episcopal en el que se censura con dureza cualquier “negociación política” con terroristas. Han recordado de nuevo los obispos algunas leyes aprobadas por el Ejecutivo socialista que no son de recibo. La de la unión entre parejas del mismo sexo, entre ellas. José Blanco sigue a lo suyo: armar bronca y gritar por los sembrados aquello de “¡que viene el lobo!”... Otro retrovisor en marcha.

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