De congreso en congreso. Ahora toca el del PSOE. La economía desaceleradamente mal, pero la consigna de Solbes puede con todo: somos pobres pero ‘honraos’.

La verdad es que, gafe o no, Rodríguez Zapatero tiene suerte. Que se le viene la crisis económica encima, pues la selección campeona de Europa. Que le sube el euribor, pues le liberan a Ingrid Betancourt. Que se le dispara el paro, pues el Partido Popular monta una verbena a la catalana en la noche de San Juan. Y si hay que echar una mano en eso de la opinión pública, pues Bono y Sebastián le montan el numerito de la corbata y ya están todos los medios y todas las tertulias hablando de que el PSOE se apunta al sincorbatismo. La perdiz no es que esté mareada, es que está dando tumbos de mala manera.

Ya lo dijo el presidente a la vuelta de Viena: ‘Decir que era gafe, era una maldad’. Lo que pasa es que la política española está llena de maldades, porque la letanía que montaron los populares gritando a coro Zapaterooo, cada vez que Rajoy hacía una pregunta más o menos capciosa sobre la economía, no deja de ser una maldad.

Que María San Gil diga que se va porque su proyecto no es compartido por Génova tampoco deja de ser una maldad, y que Blanco afirme que en el Partido Popular todo cambia menos Rajoy tampoco es una ‘bondad’.

Se les amontonan los congresos a los populares. En Cataluña han tirado por la calle de en medio, y menos mal que Alberto Fernández y Daniel Sirera, en uso de su libérrima voluntad, han retirado su candidatura. Eso al menos dice Alicia Sánchez Camacho. Claro, que según esa regla de tres, Montserrat Nebreda que se empeña en mantenerse como aspirante o no es tan libre como los otros o entiende la libertad de forma diferente a como la entienden en Génova.

Y en el País Vasco otro congreso, y dice Rajoy que va a ser todavía más exitoso que el de Valencia y es que los populares están que no caben en sí de gozo y de seguridad en sí mismos. Si estarán seguros en su gestión que Rajoy ha pedido a su equipo un esfuerzo para huir de la confrontación diaria. A este paso, el presidente del Gobierno y el del Partido Popular no se entrevistarán en Moncloa a casi cuatro meses de las elecciones, pero se van a ir juntos de veraneo.

Maldades, las de Esperanza Aguirre, que sigue su trayectoria de ‘chica mala y rebelde’: ‘Quiero un partido que no se disfrace de nada’. Y lo dice ahora cuando ya no se tiene que poner la camiseta de la selección. Eso sí que es una maldad.

Es una maldad que Pedro Solbes nos diga –con la que esta cayendo- que no puede predecir si Madrid se va a inundar. Hombre, podría haber puesto otro ejemplo. Y es que el vicepresidente es un catastrofista. También dice que lo peor está por llegar: ¿es que le van a nombrar otra cosa más? Que tampoco sería de extrañar, porque después del show que montó Rodríguez Zapatero en la Moncloa para recibir a la selección, que sólo faltaba Carlos Latre dando saltos, el jefe del Gobierno es capaz hasta de ascender a Bibiana.

Por ejemplo, el 40% de los madrileños no saldrá de veraneo. La gente no compra en las rebajas tanto como se pensaba y, además, hay que hacer un ímprobo esfuerzo de comprensión con las tarifas eléctricas. Pero no hay problema porque Solbes piensa que la victoria de la selección va a redundar en que la gente va más los bares y eso es bueno. No se sabe si es bueno porque beben para olvidar o por otra razón. Y, en la misma línea, dice Miguel Sebastian que si Nadal da la sorpresa en Wimbledon se puede fortalecer la imagen de España en el extranjero.

Y es que cuando los economistas –sin son ministros y sin corbata, más todavía.- empiezan a explicarte la desaceleración, el crecimiento debilitado, el freno, la marcha atrás, la pobreza y el contador de la luz, o la desamortización de Mandizábal, las cosas se aclaran mucho.

 

Luego, hay cosas que, queriendo ser maldades, son simples memeces. Por ejemplo, cuando Joan Ridao dice que el triunfo de España le resulta indiferente. O sea, como a los españoles el señor Ridao. Y es que las cosas siempre tienen una cierta reciprocidad.

La que triunfa incluso en campo ajeno es Bibiana Aido. Si estará haciendo bien la labor de su ministerio que ha contagiado al consejero de Familia e Igualdad de Castilla-León. Dice el señor César Antón que ‘para ser eficaz en igualdad hay que ser transversal’.

Eso de transversal lo podía incorporar Blanco al congreso del Partido Socialista junto con el aborto, la eutanasia y el travestismo, político por supuesto, que entre lo transversal y lo travestido tampoco hay tanta diferencia. Y si la hay, Bibiana Aido se encarga de aclararlo en el diccionario de la Real Academia.

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