Si tú me dices ven…

De siempre, en España lo americano no ha dejado a nadie indiferente. Los hay ‘pros’, ‘antis’ y hasta mediopensionistas, pero es que la conversión de Rodríguez Zapatero no es que haya sido una caída del caballo en el camino de Illinois, es que ha sido un auténtico batacazo.

Es de esperar que se le pase, porque nos va a dar el rato. Está deslumbrado, enceguecido, encandilado, maravillado, alucinado, transportado, impresionado y podemos seguir con la lista de sinónimos hasta el infinito. Ha sido escuchar un discurso en socialdemócrata puro y trasponerse. Y es que, como todo el mundo sabe, la socialdemocracia en Estados Unidos es algo diferente que aquí, vamos, una especie de liberalismo a la europea, versión ZP.

Rodríguez Zapatero va a dejar obrar a la naturaleza y tendrá con Obama ‘encuentros periódicos y naturales’. Y es que, salvo en nimiedades como el paro, las relaciones internacionales, la transparencia en la gestión política, la contención del gasto público, el respeto a las creencias religiosas, las constantes alusiones a Dios en los discursos, la natural batalla con el judicial y el legislativo, el amor por el mercado libre, el miedo a mentir, la defensa de los valores patrios y de sus símbolos y el respeto por la libertad de los medios de comunicación, los dos presidentes son almas gemelas, como hermanos y se van a ayudar un montón.

Por ejemplo, en el Capitolio estaban con la respiración contenida hasta que llegó la noticia de que Rodríguez Zapatero respaldaba a Obama y que incluso le había gustado, por aquello de la socialdemocracia, el discurso de la toma de posesión. Entraña mucho riesgo elegir al primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos sin contar con el respaldo explícito del político leonés.

Y ahora, ¿què? Pues a esperar la llamada. Si tú me dices ven lo dejo todo. Total, aquí no pasa nada, y lo del paro y la crisis en general está más que resuelto. Hay que hacer turismo en las Hurdes como Alfonso XIII y comer miel de la Alcarria como Romanones, que ha dicho Sebastian que las bombillas no se pueden comprar en un chino porque hay que crear puestos de trabajo.

La paletería con la que nuestros políticos, en especial el presidente del Gobierno, han acogido al presidente Obama era de esperar, pero que todos quieran arrimar el ascua a su sardina, cuando no hay ascua ni sardina sino un presidente de otra nación que va a dedicarse a los intereses de su nación y para el que España es un país más, raya en lo demencial.

No estaría de más que nuestros políticos, todos los políticos, pusieran los pies en el suelo.

 
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