Los cinco frentes de ZP

Frentes, si no de lucha, sí al menos de sinsabores y de quebrantos. No atraviesa el presidente del Gobierno su mejor momento y se le multiplican los frentes a los que tiene que acudir y las brechas que tiene que taponar.

Aunque falta demasiado tiempo para las elecciones –al menos en el periodo previsto- las encuestas son más que malas y hasta se habla de que el PSOE se desangra. Aparte de de que cualquier herida se puede taponar y que estar en La Moncloa ofrece muchos recursos, hay otros frentes que son más peligrosos.

Los infiltrados del PSOE o la retaguardia o los que disparan desde posiciones camufladas son los perores. De esos tiene al menos tres Rodríguez Zapatero. Dicen que los ‘viejos’ han dicho basta y que comienzan a moverle el sillón en Ferraz y fuera de Ferraz cada vez con más desparpajo. Quienes han sacado a pasear el fantasma de Javier Solana sabrán por qué lo han hecho. Están en la misma línea de fuego de Barreda que, con inspiración de Bono o sin ella, quiere cargarse al Gobierno o al menos a alguna parte de él.

Justo es decirlo, el traslado de despacho de José Blanco se ha notado más de lo previsto. Así como lo de Caldera no se notó, lo de Blanco fuera de Ferraz -al menos en cuerpo- se ha dejado sentir en los alrededores del presidente, fundamentalmente en el entorno más joven, entorno que nunca ha conseguido controlar Leire Pajín.

Y está, por extraño que parezca, el frente de los ministros candidatos al cese. Son varios y en sus gabinetes se habla de que el presidente hará cualquier cosa por salvar el pellejo, y mucho es de temer que esa cualquier cosa sea una remodelación de Gobierno que, si bien no servirá para nada, puede dejar algunos cadáveres en el camino, y los candidatos a la cuneta ya están mostrando su malestar por sentirse utilizados como moneda de cambio de cara a la opinión pública.

Y están los sindicatos. En algunas películas, el malo suele hacer sus maldades acariciando un gato que tiene sobre sus rodillas. Siempre hay una secuencia en la que el gato se le escapa y hasta araña a su dueño. Rodríguez Zapatero lleva mucho tiempo acariciando al gato sindical y en una de estas puede sacarle las uñas y aunque la sangre no llegue al río, no va a ser fácil evitar el arañazo, porque al propio gato se les está removiendo la clientela.

El último frente –faltaría más- lo representa la oposición del Partido Popular, donde también hay retaguardias y francotiradores y hasta gatos y gatas arañadores, pero en cualquier caso es una oposición con un plan y eso consuela mucho, por ejemplo a los parados.

Demasiados frentes para tan poco político que, además, ya no puede jugar con el engaño, ni siquiera con el truco de ganar tiempo. A Rodríguez Zapatero todos –incluso los que tiene más cerca- ya le han calado y se le está acabando el tiempo.

 
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